The sound of Atari: sonic identity in the first programmable sound chips
Pau Damià Riera Muñoz (SAE Institute Barcelona)
ArtÃculo recibido: 02-12-2017 | ArtÃculo aceptado: 03-04-2018
RESUMEN: La identidad sonora de los primeros videojuegos se definÃa por sus chips de sonido, encargados de la música y efectos sonoros de cada plataforma. En los inicios de la industria, la sonoridad de estos chips seguÃa un patrón, marcado por la producción de componentes electrónicos en masa. Estos chips, por lo general, sonaban muy parecidos entre sÃ, debido en gran parte a que trabajaban con un mismo número de voces y unas formas de onda idénticas. Pronto, ciertas compañÃas, como Atari, comenzarÃan a producir sus propios chips y módulos de sonido con la intención de mejorar las capacidades sonoras de sus máquinas, lidiando asà con las limitaciones tecnológicas propias de la época y encontrando su propia identidad sonora.
ABSTRACT: The sound identity of the first video games was defined by its sound chips, responsible for the music and sound effects in each platform. At the beginning of the industry, the sound of these chips followed a pattern, marked by the mass production of electronic components. These chips, in general, sounded very similar to each other, due largely to the fact that they worked with the same number of voices and identical waveforms. Soon, certain companies, such as Atari, would start producing their own sound chips and modules in order to improve the sound capabilities of their machines, thus dealing with the technological limitations of the time and finding their own sound identity.
PALABRAS CLAVE: Chips, sonido, Atari, videojuegos, identidad
KEY WORDS: Chips, sound, Atari, video games, identity
1. Introducción: la estandarización como pérdida de identidad
Desde principios de los años setenta, con el desarrollo de las primeras máquinas recreativas comerciales, la búsqueda del realismo sonoro ha sido una práctica común en la evolución del videojuego. La inclusión del formato óptico y el consiguiente añadido de música y efectos de sonido prerrenderizados -esto es, grabados y digitalizados para ser reproducidos en alta calidad- hizo que los videojuegos dieran un gran paso hacia este realismo, teniendo en cuenta que anteriormente el sonido se conseguÃa exclusivamente a través de sÃntesis sonora y muestras digitalizadas de baja resolución.
Actualmente, con las nuevas plataformas multimedia, la calidad sonora de los videojuegos de alto presupuesto y la tecnologÃa utilizada para su producción y reproducción nada tiene que envidiar a las últimas tecnologÃas estándar del cine moderno. Esta mejora, unida al incremento cualitativo y cuantitativo en el procesado general a nivel de computación y el aumento exponencial del espacio en disco en todas las plataformas, ha hecho que muchos videojuegos se hayan convertido en experiencias cinemáticas de alta calidad no sólo por su contenido gráfico, sino también -y quizás más aún- por su sonido.
Pero precisamente esta estandarización del audio[1] y su equiparación[2] con el sonido del cine se puede percibir como una pérdida de identidad sonora del medio, dado que lo aleja de las caracterÃsticas propias del mismo, tanto conceptualmente -como medio para expresar conceptos y contar historias- como en el ámbito de su producción y consumo[3]. Si bien es cierto que el abandono paulatino de la sÃntesis de sonido en tiempo real ha hecho que mejore la calidad sonora global de los videojuegos, el hecho de utilizar sonido pregrabado ha dado más de un quebradero de cabeza a artistas sonoros, músicos y desarrolladores al intentar conservar la interactividad del audio. El sonido pregrabado, pese a todas sus ventajas, no puede seguir fácilmente las exigencias del medio interactivo.
Los dos problemas principales en un entorno sonoro interactivo[4] son la repetición del audio -necesaria, dadas las caracterÃsticas narrativas propias del videojuego- y las transiciones entre pistas musicales. Una solución para evitar la sensación de repetición y la fatiga auditiva consiste en alterar la velocidad, duración o afinación de las muestras pregrabadas. En el caso de los efectos de sonido pregrabados, esto es una práctica común y suele dar muy buenos resultados. Pero al tratarse de pistas musicales este recurso no es una opción válida: puede crear errores perceptibles en el audio, sobre todo en alteraciones extremas, y es excesivamente costosa para el procesador de la plataforma. Por otro lado, las transiciones entre pistas musicales, si no se realizan con cuidado en el momento oportuno, pueden romper el sentimiento de inmersión, lo que va en detrimento de la experiencia de juego: “The basic rule to composing adaptive game music: Any change in the soundtrack must blend with any other music cue at any time†(Marks, 2017: 240).
Cuando la generación de sonidos y secuencias dependÃa exclusivamente del código informático, la interactividad del audio era inherente al medio, aunque la creación sonora no estaba al alcance de todos: saber programar era necesario para producir cualquier sonido, y los lenguajes de programación no eran tan asequibles ni inteligibles como hoy dÃa. La práctica más habitual en la época de las plataformas de ocho bits era trabajar en código ensamblador -o, incluso, código máquina- para sacar el mayor rendimiento posible a los procesadores. La curva de aprendizaje de estos lenguajes informáticos era muy elevada, por lo que muchos compositores y diseñadores sonoros de videojuegos de la época eran, principalmente, programadores. Por otro lado, las plataformas no eran tan potentes ni se contaba con el espacio suficiente en memoria como para que pudieran crearse obras sonoras interactivas con un impacto real sobre la narrativa. Por último, el hecho de que el sonido no fuera ni mucho menos realista y tuviera tan poca calidad de reproducción no ayudaba en la búsqueda de la inmersión del jugador, uno de los pilares de la creación y desarrollo de videojuegos y, por qué no, de cualquier obra narrativa de ficción.
Hoy dÃa, es curioso que las ‘limitaciones’ sonoras de las máquinas tempranas se hayan convertido en elecciones estéticas para compositores y diseñadores sonoros contemporáneos. Por ejemplo, en juegos como VVVVVV (2010), Fez (2012) o Undertale (2015), donde se elige conscientemente una estética retro y, por tanto, el sonido se desarrolla en concordancia, esta elección se ha convertido en una señal de identidad. Las bandas sonoras creadas respectivamente por los artistas SoulEye, Disasterpeace y Toby Fox toman como referentes sonoros las plataformas de hace tres décadas, y las reviven en sus creaciones, aunque en un sentido puramente estilÃstico y estético, ya que los ficheros de audio ahora son pre-renderizados antes de su inclusión en el videojuego. Cambia el método de implementación, pero se recupera la estética sonora.
Esta estética se convierte en una señal identitaria de un producto que usa la nostalgia y el recuerdo para dirigirse a un público objetivo que, de un modo u otro, conoce el género y lo toma como parte de su propia identidad como consumidor y jugador. Las creaciones de videojuegos independientes actuales son, precisamente, las que más usan estas referencias retro, asà como las que más se permiten experimentar el medio en todos sus ámbitos -también en el sonoro-, de manera similar a como lo hacÃan los desarrolladores en las épocas tempranas de la industria.
En este mismo sentido encontramos el estilo musical chiptune, consistente en la creación de música a través de chips de sonido de máquinas antiguas, o a través de su emulación. El chiptune se ha convertido en un género creativo con nombre propio, y es utilizado incluso por generaciones de compositores que, por edad, no pudieron tener contacto con las máquinas originales en el momento de su aparición. Lo que hace treinta o cuarenta años era una necesidad impuesta por las limitaciones tecnológicas, el chiptune lo convierte en una apuesta estética y comercial contemporánea.
En el presente texto hablaremos, pues, de sonido y música en las primeras plataformas de videojuego, en una época en que la creación sonora -y del videojuego como medio, en general- era mucho más experimental e inocente. Nos centraremos, primero, en la reproducción sonora en las primeras recreativas, y el avance que supuso disponer de los primeros chips de sonido programables. Más adelante hablaremos de dos chips de sonido en concreto: el POKEY y el TIA, de la compañÃa Atari, ambos con una personalidad sonora muy marcada. En este recorrido por los primeros años del sonido en videojuegos, analizaremos las pautas impuestas por las limitaciones de la tecnologÃa y los caminos que creadores y desarrolladores de hace tres y cuatro décadas tomaron en una búsqueda de la identidad sonora propia para el medio.
2. Voces programables y PSGs: los inicios del sonido en videojuegos
Si bien es cierto que los primeros videojuegos -como Tennis for Two (William Higginbotham, 1958) o Spacewar! (MIT, 1962)- no contaban con ningún tipo de sonido, la primera recreativa producida en masa para su uso comercial, Computer Space (Nutting Associates, 1971) y, por supuesto, el gran éxito de Atari, Pong (1972) utilizaron el sonido no sólo como elemento jugable, ofreciendo una respuesta sonora a las acciones del jugador dentro del juego, sino también como elemento de marketing. Las primeras recreativas anunciaban el sonido como motivación para su venta y uso en locales y salones recreativos, prometiendo sonidos espectaculares y realistas cuando, de hecho, las máquinas no iban más allá de unos pocos pitidos y chirridos electrónicos[5].
Pong es un ejemplo de cómo entonces el sonido era un producto de las limitaciones tecnológicas del momento, más que de una decisión estética meditada. Según explica el ingeniero Alan Alcorn, la intención de Nolan Bushnell, fundador de Atari, era que sonaran ovaciones cuando el jugador ganara un punto. Por otra parte, Ted Debney, el otro socio fundador de la compañÃa, querÃa oÃr abucheos cuando el jugador perdiera. Alcorn hizo, literalmente, lo que pudo con los materiales con los que contaba: “Since I had the wire wrapped on the scope, I poked around the sync generator to find an appropriate frequency or a tone. So those sounds were done in half a day. They were the sounds that were already in the machine.†(Kent, 2001: 41)
El sonido en las primeras recreativas variaba considerablemente de una máquina a otra, y los requisitos sonoros del estilo de juego o de la temática de la máquina eran a menudo los que conducÃan el desarrollo de la tecnologÃa de audio. La idea detrás del sonido en las recreativas era muy simple: el sonido debÃa ser prominente, con un volumen alto, de manera que pudiera hacerse oÃr en un salón recreativo o un local ruidoso. La función del sonido era, fundamentalmente, la de atraer al público potencial[6].
Por otra parte, la programación del audio en estas máquinas era difÃcil y costosa, dado que se debÃa implementar combinando transistores, condensadores y resistencias directamente sobre la placa de la máquina. A veces, incluso, el sonido se creaba en el correspondiente puerto de la CPU programando en código binario y amplificando las diferencias de corriente eléctrica para lograr un resultado sonoro que pudiera dirigirse a los altavoces de la cabina recreativa. Aun asÃ, existen ejemplos tempranos de videojuegos con música continua sonando de fondo durante la acción del juego, como los conocidos Space Invaders (Atari, 1979) y Asteroids (Atari, 1979). Pese a que los bucles musicales eran muy cortos (de unas pocas notas de duración), la intención de acompañar la acción del juego con sonido no diegético ya estaba definida.
A principios de los ochenta, los desarrolladores de máquinas recreativas comenzaron a incluir chips de sonido que podÃan añadirse en las placas según las necesidades de cada máquina. Estos chips generadores de sonido programables (Programmable Sound Generators o PSGs) funcionaban como pequeños sintetizadores y se integraban dentro de la circuiterÃa de la recreativa para conseguir una independencia y una versatilidad del sonido que, de otra manera, no hubiera sido posible. AsÃ, se llegaron a obtener efectos de sonido mucho más elaborados y más música acompañando a la acción del juego.
La mayorÃa de estos primeros PSGs fueron creados por dos compañÃas, Texas Instruments y General Instrument, y se añadieron a las placas de recreativas, ordenadores personales y consolas domésticas de ocho bits. Por lo general, tenÃan cuatro canales (tres tonales, generadores de onda cuadrada -utilizados para crear lÃneas melódicas o efectos tonales- y uno de ruido blanco, que se utilizaba por lo general para percusiones y efectos de sonido) aunque el rango de afinaciones diferentes que podÃan producir variaba considerablemente de un chip a otro, debido a un componente del chip llamado registro divisor de frecuencias. En el caso de uno de los modelos de chip más famosos de la época, el AY-3-8910 de General Instrument[7], el registro era de doce bits, lo que permitÃa crear 212 notas diferentes, es decir, 4096 notas. El chip SN76489 de Texas Instruments[8] era muy similar al anterior, pero contaba con un registro limitado a 10 bits, por lo que el rango de notas que podÃa producir era menor.
Si el chip contaba con una envolvente de volumen ADSR[9], una vez generada la onda se podÃa esculpir el sonido modificando los parámetros que condicionaban cómo se comportaba éste respecto al tiempo. En ocasiones, incluso, algunos PSGs contaban con filtros de frecuencias, parecidos a los que podÃan verse en sintetizadores substractivos[10] de la época. Poco a poco fue común encontrar máquinas con más de un chip de sonido para conseguir reproducir música de manera interrumpida durante todo el juego, pudiendo utilizar efectos de sonido a discreción sin que la música sufriera por ello (recordemos que un chip de sonido contaba con cuatro canales, que se utilizaban indistintamente para efectos de sonido y música).<[11] También comenzaron a utilizarse chips de sÃntesis de voces, que se utilizaban tanto para reproducir muestras de voz como para crear efectos de sonidos mejorados, como el chip TMS5220 de Texas Instruments[12].
Aun asÃ, en las primeras recreativas y en muchos juegos de principios de los ochenta la música sólo aparecÃa en las pantallas de inicio o final de juego, asà como al inicio del nivel o entre niveles[13]. Como ya hemos dicho, el perfil profesional de los que trabajaban en audio en videojuegos era, por lo general, el de programadores que, de una manera u otra, se acercaban al medio sonoro por interés o por pura necesidad. Por ello, se hacÃa hincapié, fundamentalmente, en los efectos de sonido, y existÃan muchas máquinas con bandas sonoras que versionaban o, incluso, copiaban descaradamente música popular o pre-compuesta:
These specifications were usually coded in assembly language, and early sound programmers and musicians needed to understand the programming language to engage the chip. This meant that most early games composers were in fact programmers working on other aspects of a game, or at best in rare cases, in-house programmer-musicians who had to work closely with programmers. (Collins, 2006: web)
Pese a todo, y pese al uso puntual de chips más o menos especializados, las identidades sonoras de estas primeras máquinas no eran excesivamente diferenciables: sonaban, excepto casos muy concretos, de manera muy similar entre sÃ, debido a que la gran mayorÃa de los primeros chips PSG utilizaban ondas cuadradas y ruido blanco para producir el audio de estas plataformas. Pero algunas compañÃas, como Atari, comenzarÃan a crear sus propios chips de sonido para mejorar la calidad global del audio de sus máquinas, creando a su vez una identidad sonora fácilmente reconocible.
3. Elecciones estéticas y su relación con la limitación tecnológica: los PSGs de Atari
En un intento de diferenciarse de la competencia, la compañÃa americana Atari creó el chip POKEY[14] para incluirlo en sus recreativas. Este chip combinaba funciones de muestreo digital de audio, potenciómetros para el uso de controladores y activadores para el uso de teclado, y generación de sonido por sÃntesis. Más adelante fue parte también de los ordenadores Atari 400 y 800, asà como de la consola Atari 5200. Contaba con cuatro canales de audio semiindependientes, cada uno con su propio registro de control de frecuencia, control de nivel de ruido y volumen. Cada canal contenÃa un divisor de frecuencias de ocho bits, controlado a su vez por un registro también de ocho bits. El chip permitÃa configurar los canales de tres maneras diferentes: cuatro canales a ocho bits de resolución (con un rango de notas mucho más limitado, pero mayor número de voces simultáneas), dos canales a dieciséis bits (mayor rango de notas, pero una polifonÃa mucho más limitada) o una combinación a tres canales de las dos configuraciones anteriores: un canal a dieciséis bits y dos canales a ocho bits. Los cuatro divisores de frecuencia podÃan ser sincronizados, por su parte, a 64kHz o 15 kHz. Por otro lado, era capaz de generar ruido aleatorio a través de tres contadores polinomiales[15]. El ruido podÃa ser generado independientemente por cada uno de los cuatro canales de audio, en una medida determinada por el registro de cada canal. De esta manera, cada voz podÃa crear un tono puro de onda cuadrada o diferentes niveles y mezclas de ruido. Además, contaba con un filtro de paso de agudos, es decir, un filtro que eliminaba todas las frecuencias por debajo de una frecuencia dada. El sonido del POKEY era distintivo respecto al resto de chips PSG no sólo por su configuración de canales, sino porque existÃa una desafinación notable de algunos tonos de la escala de cromática, debido a una falta considerable de precisión en la afinación.[16] Para conseguir una mayor precisión, podÃa utilizarse una configuración de dos canales[17], lo que daba mayores posibilidades de afinación. Por otra parte, el chip contaba con múltiples efectos de distorsión, lo que permitÃa un sonido más lleno. La afinación global, eso sÃ, era dependiente de la frecuencia de reloj y de los valores de distorsión que se seleccionaran en cada caso: The POKEY is a very unique chip which generates multipulse patterns in a very dynamic and unpredictable fashion. This is due to the fact that the chip internally continuously generates various lengths high frequency polynomial counters which are ‘resampled’ by a slower clock which is defined by the required music pitch. Depending on the alignment and configuration of the various clocks and required playback frequency at a given moment, you can get anything from pure tone, to noise, raw grinding pattens to silence. […] changes in pitch, and even re-triggering the same key can generate different results. (Viens, 2009: 46) A pesar de que a finales de los setenta ya existÃan otras consolas domésticas[18], la Atari VCS (más tarde conocida como Atari 2600) revolucionó el mercado de los videojuegos en el ámbito doméstico, convirtiéndose en un éxito de ventas y, con el tiempo, una de las consolas con más años a sus espaldas en el mercado<[19]. Atari tenÃa en mente crear una consola doméstica asequible para todos los públicos, con un sistema de cartuchos que permitiera editar diferentes juegos para una misma plataforma, adelantándose a la competencia y rompiendo moldes en el ámbito doméstico. Aunque tras su salida en 1977 no triunfó inmediatamente, la licencia de Space Invaders (Taito, 1978) para la consola en 1980 impulsó significativamente las ventas de la misma. Pese a que por aquél entonces los componentes electrónicos eran bastante asequibles, la memoria RAM era extraordinariamente cara: costaba decenas de miles de dólares por megabyte. Para mantener los costes de producción bajos, los ingenieros de Atari minimizaron los requisitos de memoria de la máquina trabajando con las mecánicas de los televisores de rayos catódicos, que daban la interfaz para reproducir los gráficos y el audio de la consola. Estos televisores construÃan las imágenes disparando electrones hacia una pantalla fosforescente, la cual se iluminaba para formar la imagen. El disparador de electrones se desplazaba de un lado a otro y de arriba a abajo decenas de veces por segundo, pero debÃa parar mientras se traslada entre lÃneas para evitar sobre escribir partes de la pantalla. Generalmente, una consola u ordenador utiliza un área de la memoria RAM llamada búfer para almacenar una imagen completa de la pantalla en memoria antes de enviarla completa al monitor. Aunque sólo hubiera trabajado con monitores monocromo, la Atari VCS hubiera necesitado un búfer de una capacidad mÃnima de 1k, lo que hubiera disparado el coste de la producción de la consola mucho más allá de su precio objetivo. La solución de Atari a este problema fue crear el chip TIA (Television Interface Adapter), un chip gráfico que eliminó por completo la necesidad de un búfer, construyendo la imagen directamente lÃnea a lÃnea en la pantalla siguiendo la velocidad del disparador de electrones. El procesado computacional del juego se realizaba en los momentos en los que el disparador se apagaba entre lÃneas. De esta manera, la responsabilidad de poner los gráficos en pantalla pasó a formar parte del código del juego. Pero el chip TIA contenÃa a su vez dos circuitos de audio independientes que también estaban sincronizados con el mecanismo del televisor. La salida de ambos canales era mezclada en mono y enviada a los altavoces del televisor mediante un modulador de radiofrecuencia. Los osciladores[20] del chip eran muy básicos, con un único bit de resolución, por lo que sólo podÃan estar completamente encendidos (1) o completamente apagados (0), sin valores intermedios. Pero enviando al chip secuencias complejas binarias generadas en tiempo real de forma pseudoaleatoria, éste era capaz de producir una amplia gama de tonos afinados y de ruido. La velocidad a la que las secuencias numéricas eran generadas respondÃa a la sincronización horizontal del vÃdeo. Estas secuencias eran luego enviadas a un circuito divisor de frecuencia de cinco bits, dando 32 (2)5 afinaciones posibles, agrupadas en conjuntos de notas concretas, diferentes para cada forma de onda. La frecuencia de cada tono dependÃa de dos factores: el registro de frecuencias utilizado y la longitud de la secuencia de bits. Las secuencias más largas incrementaban el perÃodo de la onda y, por tanto, reducÃan la frecuencia del tono[21]. Cada canal tenÃa un selector de ondas de cuatro bits, por lo que habÃa dieciséis configuraciones de formas de onda posibles por canal[22], aunque algunas eran idénticas o muy similares entre sÃ. Las opciones más versátiles dentro de las posibles eran: dos ondas cuadradas (una con más posibilidades de notas en el registro grave, la otra con más posibilidades en el registro agudo), una onda sinusoidal y una onda de dientes de sierra, además de diferentes sonidos basados en ruido aleatorio que se utilizaban para efectos o percusión. El problema al trabajar con sonidos tonales en la VCS era que cada canal tenÃa una afinación diferente, de manera que, si se querÃa hacer música con ambos canales simultáneamente, los valores de afinación a menudo eran diferentes -e incompatibles- entre la voz del bajo y la voz de la melodÃa. Por otra parte, existÃan diferencias de afinación entre las versiones NTSC y PAL de la máquina debido a las diferencias en la tasa de refresco de los monitores de ambas zonas. Estas diferencias podÃan ser de hasta un semitono. El efecto más obvio de estos problemas de afinación era la falta de harmonÃa en la música creada para la plataforma. Pocas bandas sonoras en los juegos de la Atari VCS, en relación con todos los tÃtulos que se producÃan para la consola, utilizaban bajo y melodÃa a la vez. Por otra parte, se utilizaban menos versiones de canciones populares o conocidas que en otras plataformas. Además, la música debÃa programarse en código ensamblador, lo que dificultaba aún más las cosas a los diseñadores de sonido y compositores. Las limitaciones tonales de la consola crearon una estética sonora muy concreta. En la mayor parte de los casos, como ya se ha dicho, los que componÃan música para estas primeras plataformas no eran músicos, sino programadores, por lo que se utilizaban las notas disponibles en cada canal de manera no siempre musicalmente lógica u ortodoxa -o, como hemos visto, no se utilizaba música en absoluto-. Por otra parte, debido a que los grupos de notas disponibles por canal no formaban escalas o tonalidades concretas[23], se tendÃa, en muchos casos, a componer fragmentos musicales utilizando afinaciones, modos y escalas peculiares, exóticos y alejados de los cánones de la música occidental. En general, se utilizaban intervalos melódicos poco comunes, como segundas menores o intervalos aumentados y disminuidos, de manera extensiva y evidente, lo que coloreaba el audio de los juegos para la plataforma de una manera concreta[24]: “Unlike other games consoles of the era, the Atari VCS was unique when it came to sound, and, I will argue, helped to create a new musical aesthetic as a result of its awkward tuning system†(Collins, 2006: web). Existen, a pesar de todo, casos concretos en el que esto no era asÃ. En el juego Pressure Cooker (1983) -uno de los primeros éxitos de Activision para la consola de Atari- el programador del juego, Garry Kitchen, eligió nueve notas de la escala cromática que pudieran ser razonablemente aproximadas por las dos voces de la VCS. Posteriormente, contrató a un compositor profesional, Stephen Gaboury, para componer la melodÃa principal del juego utilizando únicamente las notas indicadas. De esta manera, se aprovecharon los puntos fuertes del instrumento para crear música harmónica y tonal a dos voces, estableciendo un precedente en lo que a composición musical profesional para videojuegos se refiere. Las limitaciones del audio en los primeros videojuegos se comenzarÃan a superar gracias a la inclusión de los primeros chips generadores de sonido programables. Éstos ofrecieron una independencia y una versatilidad al audio que antes, debido a la dificultad de programar el sonido directamente en la placa de la máquina, no habÃa sido posible. Poco a poco se pudo añadir más música y mejores efectos de sonido a las plataformas de videojuegos, añadiendo más chips de sonido que aumentaran las posibilidades sonoras de cada máquina. Pero si bien es cierto que algunos chips ofrecÃan posibilidades excepcionales, como los chips de sÃntesis vocal de Texas Instruments, la mayorÃa de estos chips PSG sonaban muy parecidos entre sÃ, dado que utilizaban las mismas formas de onda para producir el audio de diferentes juegos y plataformas. En un intento por diferenciarse del resto, Atari creó el chip POKEY y el chip TIA, imprimiendo una personalidad sonora reconocible en todas sus plataformas. Especialmente en el caso de la VCS, la identidad de los juegos creados para la consola está muy definida gráfica y sonoramente, y se diferencia mucho del resto de máquinas del momento. Pero no sólo debido a los medios tecnológicos y sus limitaciones, sino también al uso (más o menos acertado) que los compositores/programadores de aquellos años hicieron de las herramientas con las que contaban. Esto será un patrón común que veremos durante toda la historia del audio para videojuegos en todas las plataformas, pero es especialmente evidente en las máquinas de ocho bits y dieciséis bits, cuando todo el sonido se generaba en chips especializados mediante sÃntesis y toda la creación sonora respondÃa a la programación de código informático especÃfico. Activision (1983). Pressure Cooker. EE.UU.: Activision. Atari 2600. Atari Incorporated (1972). Pong. EE.UU.: Atari Inc. Recreativa. Atari Incorporated (1979). Asteroids. EE.UU.: Atari Inc. Recreativa. Atari Incorporated (1985). Indiana Jones and the Temple of Doom. EE.UU.: Atari Inc. Recreativa. Atari Incorporated (1982). Pokey Chip. <ftp://ftp.pigwa.net/stuff/mirror/www.atari-history.com/archives/pokey.pdf>. (29-3-2018). Cavanagh, Terry (2010). VVVVVV. EE.UU.: Nicalis. Diversas plataformas. Collins, Karen (2006). “Flat Twos & the Musical Aesthetic of the Atari VCSâ€. 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A Complete Guide to Plogue chipsounds (manual v1.877). Montreal: Plogue Art et Technologie, Inc., ed. 2015. · Descargar el vol.7 nº1 de Caracteres como PDF. · Descargar este texto como PDF. · Regresar al Ãndice de la edición web.3.2. La Atari VCS y el chip TIA
4. Conclusiones
5. Referencias