En un mundo de esqueumorfismo (cuestión que ya tratamos) y de representación visual fidedigna del objeto escrito (siempre y cuando sea un folio), las muestras de superación de estas imposiciones estéticas se aprecian claramente en la popularidad de los procesadores de texto que dejan atrás las convenciones del WYSIWYG para apostar por sistemas de escritura sin distracciones. Se han expandido no solo en el mundo del ordenador, sino también a dispositivos como las tabletas.