La tecnología actual nos lleva a la conexión continuada a los dispositivos de información que canalizan el flujo de datos a través de internet y, como sabemos, todos esos aparatos que nos llevan hacia la conexión perpetua a las redes nos llevan al mundo de la infopolución, la sobreinformación del mundo actual. Nosotros también contribuimos a ella, en la medida en que las estructuras jerárquicas de la comunicación se han alejado del modelo de Porfirio.