Hoy me he propuesto tratar un tema que no es muy popular: la metonimia en la publicidad.
Os preguntaréis varias cosas. La primera de ellas sería probablemente, algo así como «¿de qué me estás hablando Castillo, si nada de lo que escribes es popular?». Es cierto, pero los cuatros gatos que me leéis sois para mí un mundo (#peloteo; #nomedejéis). La otra pregunta, y quizás la más importante «¿por qué escribir de la metonimia (y su hermana chunga, la sinécdoque) si tenemos ya la metáfora ?». Y ahí es adónde quería yo llegar. No de metáforas vive siempre el lenguaje publicitario.
La metonimia es un recurso maravilloso, lleno de creatividad, quizás en apariencia no tan brillante como una metáfora (dónde están las metáforas cuando se las necesita) pero que puede resultar muy práctico, visual y sugerente, lo que engarza directamente con los propósitos más básicos de la retórica de los mass media (utile et dulce).
Os dejo aquí unos ejemplos que me han gustado por curiosos y bien trabajados.
El primero de ellos, es de ADIDAS y nos muestra de un solo golpe parte de la historia de la marca, desde sus inicios hasta la actualidad, a través de un objeto (la bota de fútbol) que representa por metonimia al jugador y por ende los éxitos de la marca (en este caso ya siendo una metáfora en segundo grado). Como la bota se divide en dos, de Müller a Messi, el anuncio resulta muy dinámico, pese a que es publicidad estática (como si esta no pudiera ser dinámica ¡ja!.
El segundo de ellos es un tierno anuncio de Bimbo. La metonimia nos la ofrece el eslogan junto con la imagen al explicarnos que el pan se hornea con un ingrediente importante, la leche, que aparece fluyendo en el pan, cual cornucopia.
Otra muestra, y SPOILER ya entramos aquí en material para mayores de 18 años es la que encontramos en este reclamo que he encontrado por internet (¿Principe?) y que no necesita mucha explicación sobre el funcionamiento metonímico (lo dejo a la imaginación del querido lector), porque, sinceramente se ve a la lengua. Me parece un caso un poco excesivo, pero que sin duda cumple con la función de atraer al público, y en cierto modo «epatar» al burgués de turno, y hacerle pensar un poco de paso.
Por último, al menos de esta serie que os tengo preparada, os dejo una pieza que me ha parecido divertida y al mismo tiempo muy inteligente. No es nada nuevo utilizar comida para crear retratos, que se lo digan a Arcimboldo. Me encanta cómo el café ha conseguido el proceso de pasar de elemento aislado a conseguir un todo, en el que se combina esta idea metonímica con otras metáforas los ojos son tazas de café, por ejemplo).
Si queréis saber algo más sobre la metonimia publicitaria os dejo esta nueva entrada.
Buenisimo.