TIC en la enseñanza de lenguas y su aplicación al griego antiguo

ICT in the Teaching of Foreign Languages and its Application to Ancient Greek

José Luis García Alonso (Universidad de Salamanca)

Artículo recibido: 10-10-2017 | Artículo aceptado: 04-11-2017

RESUMEN: En este artículo se ofrece una panorámica de los resultados y las posibilidades de dos proyectos actuales de temática lingüística. Los dos proyectos Erasmus+ son E-Lengua (Strategic Partnerships) y XCELING (Capacity Building). E-Lengua explora los usos de las metodologías vinculadas con las TIC e intenta determinar cómo explotarlas. XCEILING busca aplicar estos resultados al contexto egipcio. Se ofrece un análisis de cómo estas conclusiones pueden ser útiles para la enseñanza, el aprendizaje y la investigación vinculadas con lenguas diferentes a las incluidas inicialmente en estos proyectos, tanto modernas como, más específicamente, antiguas, con especial atención en el caso del griego clásico.
ABSTRACT: In this paper, an overview of the outcomes and possibilities of two current language-related projects is offered. The two Erasmus+ projects are E-Lengua (Strategic Partnerships) and XCELING (Capacity Building). E-Lengua explores the uses of ICT-related methodologies and tries to determine how best make use of them. XCELING aims at applying these findings to the Egyptian context. An analysis is offered afterwards about how these conclusions should be useful to the teaching, learning and research related to other languages than those initially included in these two projects, both modern and, more specifically, ancient, with special attention to Classical Greek..

PALABRAS CLAVE: Enseñanza/aprendizaje de lenguas, lenguas y culturas clásicas, nuevas metodologías, uso de TIC
KEY WORDS: Language teaching/learning, classical languages and cultures, new methodologies and use of ICT


El proyecto E-LENGUA está siendo financiado dentro de la acción KA203 Asociaciones estratégicas para la Educación Superior.


1. ERASMUS+: E-Lengua

Un equipo de investigadores de la Universidad de Salamanca al que pertenezco lleva ya unos años (al menos desde 2012) poniendo en común recursos y enfoques de innovación metodológica y de evaluación de los recursos que ofrecen las nuevas tecnologías de información y comunicación en el proceso de enseñanza y aprendizaje de lenguas para estudiantes no nativos. Lo que con frecuencia designamos como ‘lenguas extranjeras’, aunque también se les denomina ‘segundas lenguas’. Ni una ni otra denominación me resulta plenamente satisfactoria, en cualquier caso, pues no creo que cubran todas las posibilidades y circunstancias de quien está inmerso en el proceso, ni tienen realmente en cuenta las características y peculiaridades de todas las lenguas que pueden ser objeto de estudio, aprendizaje o investigación.

La investigación en este ámbito ha venido siendo dominada por los aspectos formativos relacionados con la enseñanza de las grandes lenguas de implantación internacional en el mundo contemporáneo, como el inglés, el español o el francés. Son lenguas con un gran número de hablantes nativos y con un gran número de individuos inmersos en la ardua tarea de estudiarlas al ser suficientemente atractivas por múltiples motivos de índole económica, social o cultural como para atraer a millones de aprendices, en todos los rincones del mundo, con todo tipo de bagajes y conocimientos previos, facilidades de aprendizaje, recursos materiales, etc.

El reto del aprendizaje de lenguas de este tipo ha dinamizado la investigación y la docencia correspondientes. La producción científica en torno a ellas es incorporada al bagaje científico de los profesionales de lenguas con menor número de hablantes nativos, con menor número de estudiantes interesados y con un número más bajo también de docentes e investigadores.

No es sorprendente en suma que nuevas discusiones terminológicas, avances metodológicos o innovaciones tecnológicas aparezcan con frecuencia asociados con el entorno de investigación, de docencia y de aprendizaje de estas lenguas antes que con respecto a otras. A nadie sorprenderá, pues, que haya sido a partir del entorno del inglés del que han surgido discusiones tales como si es más preciso hablar de ‘English as a Second language’ o de ‘English as a Foreign Language’. Tanto ESL como EFL, necesario es reconocerlo, resultan ser denominaciones menos precisas que ‘English as an additional language (EAL)’ o ‘English for speakers of other languages (ESOL),’ entre otras, que, no obstante, aún no han logrado imponerse completamente. En el ámbito del español, la denominación ELE (‘español como lengua extranjera’) es la más usual.

Sea como sea, los investigadores en el ámbito del entorno de la lingüística aplicada a la enseñanza/aprendizaje de lenguas por parte de hablantes no nativos, sea cual sea la lengua(s) a la(s) que dedican profesionalmente su atención, comparten una serie de discusiones y aportaciones metodológicas y científicas que son de común interés, sean cuales sean las peculiaridades de su trabajo.

Uno de los elementos que han surgido en las últimas décadas en este entorno es el uso de las Tecnologías de la Información y la Comunicación o TIC, con desarrollos complejos, tales como CALL (Computer Assisted Language Learning) y otros. Toda la docencia, en cualquier ámbito, ha adquirido unos recursos nuevos, unas posibilidades insospechadas hasta hace poco. Pero una de las consecuencias del torrente de nuevas propuestas es la obligación en la que se encuentran los docentes e investigadores en el ámbito de la enseñanza de lenguas extranjeras de investigar las opciones y recursos técnicos nuevos y cuáles muestran un nivel de resultados más prometedor.

Nuestro proyecto E-Lengua aborda justamente eso. En 2015, la EACEA de la Comisión Europea, en Bruselas, concedió un proyecto Erasmus+ (de la modalidad de Asociaciones Estratégicas o Strategic Partnerships) para analizar, en asociación con universidades europeas punteras en la enseñanza de sus propias lenguas (y la participación de la Universidad de El Cairo aportando su punto de vista particular), cuáles son los mejores métodos de enseñanza de lenguas usando TIC de modo innovador, con la intención final de reunir los mejores resultados en un gran repositorio de buenas prácticas (FOCO) que nace con vocación de durar y de enriquecerse constantemente, corrigiéndose o modificándose donde se aprecie que es preciso, y con la idea de ser una empresa colaborativa inicialmente de las universidades y equipos que lo han promovido y en referencia al grupo de lenguas inicial (español, inglés, italiano, francés, portugués y árabe), pero con la idea de ampliarse en dirección horizontal a otras lenguas e instituciones y en dirección vertical a otros aspectos y recursos que las TIC pongan a nuestra disposición en el futuro.

El proyecto E-Lengua (2015-2018) tiene como socios las universidades de Salamanca, Heidelberg, Trinity College de Dublín, Bolonia, Coimbra, Poitiers y Cairo. Entre todas representan a 7 de las lenguas más habladas en Europa occidental: español, alemán, inglés, italiano, portugués, francés y árabe.

En las páginas anteriores de este volumen hemos podido ver una presentación de los primeros productos intelectuales del proyecto, ofrecidos por los distintos equipos que desde las universidades socias han abordado la parte del estudio que les correspondía. En breve, además, se pondrá en marcha la plataforma que alojará el repositorio FOCO.

2. ERASMUS+: XCELING

Una consecuencia directa de los trabajos de E-Lengua y de la asociación de los grupos de investigadores de las 7 universidades que componen el consorcio es la formulación, presentación, aprobación y, ahora, inicio de actividades de un nuevo proyecto.

XCELING (2017-2020) es un nuevo proyecto Erasmus+ (en este caso en la modalidad de Desarrollo de Capacidades o Capacity Building), concedido por la Comisión Europea en agosto de 2017 y financiado con 986.682€, del que yo mismo soy investigador principal.

XCELING se enmarca por un lado en la colaboración que la Universidad de Salamanca inició con el sistema universitario egipcio en 2011, y por otro en las relaciones académicas en torno a la enseñanza de segundas lenguas con los equipos de las instituciones que forman parte del consorcio de E-Lengua, descrito en el apartado anterior.

Salamanca concluyó en octubre de 2016 con gran éxito un proyecto TEMPUS (IDELE, 2012-2016) que, financiado con una cantidad también cercana al 1.000.000€, implantó un Máster Oficial de Lengua y Cultura Hispánicas (MULCH) en El Cairo, en colaboración con seis universidades egipcias (Cairo, Ain Shams, Al-Azhar, Helwan, Alejandría y Minia) y dos europeas (Bolonia y Coímbra). Ya han terminado el máster dos promociones de estudiantes, la 3ª está en el medio de su desarrollo (es un máster de dos años) y la 4ª a punto de empezar. Cerca de 200 estudiantes egipcios lo han cursado ya. Este Máster introducía una serie de innovaciones tecnológicas, metodológicas y docentes en la enseñanza del español en Egipto. Muchas de ellas luego recogidas también en E-Lengua.

El nuevo proyecto (XCELING), con respecto al proyecto E-Lengua, trata de poner en práctica una buena cantidad de los hallazgos y buenas prácticas en la enseñanza de segundas lenguas definidos por los equipos participantes. La idea es aplicar los resultados del análisis que se está desarrollando y ponerlo al servicio de la introducción de las mejores prácticas en los departamentos de lenguas de las universidades egipcias.

XCELING se propone crear programas educativos que atañen a la formación en lenguas en Egipto en tres niveles principales: actualización metodológica de profesionales en activo (docencia), introducción a futuros doctores de los departamentos de lenguas de las universidades egipcias en las líneas más recientes de investigación en lingüística aplicada (investigación) y creación de materiales de acceso abierto para el aprendizaje de lenguas dirigidos a sectores sociales en riesgo de exclusión social, tales como, por ejemplo, inmigrantes o refugiados arabófonos en Europa. Este complejo programa a tres niveles buscará la modernización de la docencia, la investigación y la extensión en el ámbito de la enseñanza de lenguas extranjeras, con la atención debida a la formación permanente y a la actualización científica de los profesionales egipcios. Los materiales virtuales de aprendizaje de lenguas extranjeras, de acceso abierto, a disposición de inmigrantes y refugiados de lengua árabe en Europa, facilitarán el aprendizaje de la lengua del país de acogida, uno de los medios más eficaces de integración que existen.

Este triple bloque de actuaciones se hará desde la red de Centros de Innovación Lingüística (Language Innovation Centres) que se crearán en las universidades socias, dotados de la tecnología adecuada y preparados para generar un caldo de cultivo colaborativo que enriquecerá el trabajo docente y de investigación de los socios europeos y de los egipcios.

Salamanca coordinará las actividades referidas al español bajo la dirección de Carmen Fernández Juncal. Además, bajo mi dirección, la USAL tendrá la responsabilidad de la coordinación general de la introducción de esas metodologías innovadoras, referidas a seis lenguas europeas, en las seis universidades egipcias.

3. Lingüística aplicada: transversalidad

Obviamente los hallazgos de nuestros equipos en E-Lengua y en XCELING no serán útiles exclusivamente para la docencia de las lenguas específicamente incluidas en estos proyectos, sino que serán relevantes para la reflexión y aplicación en el proceso de enseñanza / aprendizaje de cualquier lengua. Muchos de los elementos y los retos de la docencia e investigación en el proceso de docencia y aprendizaje de lenguas extranjeras son comunes para profesores y alumnos de distintas lenguas.

Pensando en las consecuencias de futuro de las tareas ya iniciadas por nuestros grupos, creo que una de las primeras es que profesionales en la docencia de varias lenguas distintas en seis países europeos y en Egipto colaboran con el fin común de modernizar y mejorar nuestro trabajo, haciendo un uso inteligente y provechoso de las TIC. La red de colaboraciones no deja de hacerse más y más tupida:

  • Más allá de pensar que cada universidad representa a una única lengua, poco a poco van surgiendo contactos entre los grupos de profesionales de todas las lenguas de nuestros dos proyectos en todas las instituciones: los profesionales de las 7 lenguas directamente involucradas en los seis países europeos y en las seis universidades egipcias enriquecen el haz de contactos.
  • En un segundo paso puede producirse algo que está empezando a suceder en el microcosmos de nuestras Facultades de Filología y de Traducción en Salamanca: los resultados del proyecto alcanzan e interesan a profesionales de lenguas no directamente involucradas en nuestro proyecto inicial. Es un resultado esperable. Consigue enriquecer las reflexiones, investigación y docencia práctica de los grupos que trabajan en otras lenguas y, por la interacción cotidiana, puede traer de vuelta ideas o propuestas de los grupos que inicialmente estaban fuera.
  • El tercer y último paso es salir del entorno de las lenguas modernas, con hablantes vivos, y adentrarse en el territorio complejo y espinoso, de naturaleza en muchos sentidos diferente, de la enseñanza de lenguas antiguas. A ello me referiré en el siguiente apartado.

4. Lenguas antiguas: griego clásico

Como es fácil de suponer, mi condición personal de profesor de griego clásico me lleva a reflexionar sobre este asunto. Pese a que mi propia trayectoria de investigación haya sido en el ámbito de la lingüística histórica y de la lingüística comparada, todos los días me enfrento como docente a estudiantes de griego clásico y trato de presentar la materia (Sintaxis, Fonética, Morfología o la que corresponda) de un modo atractivo, innovador y eficaz.

Nunca me ha gustado la denominación de lenguas muertas (tanto griego como latín realmente no han muerto, sino que se siguen hablando, aunque sea tras haber sufrido profundas transformaciones y, en el caso del latín, una escisión en un grupo numeroso de lenguas neolatinas), pero sea cual sea la denominación, parece evidente que enseñar estas lenguas a estudiantes del s. XXI entraña dificultades particulares, por el grado de extrañamiento adicional con respecto a los hablantes nativos de esas lenguas, ellos sí realmente muertos desde hace cientos de años.

A las dificultades de aprendizaje básicamente lingüísticas que presentan las lenguas modernas, el griego clásico y todas las lenguas antiguas sin hablantes vivos (el latín, el sánscrito, etc.) están ADEMÁS alejadas de nosotros por aspectos culturales e históricos que nos introducen un notable número de dificultades adicionales en el proceso de enseñanza / aprendizaje. Sin contar, por supuesto, con el hecho muy relevante de que se trata de lenguas de corpus (con corpora más o menos amplios, pero corpora cerrados en cualquier caso) y que las posibilidades de interacción con hablantes realmente nativos son nulas. Las destrezas típicas que cualquier estudioso de una lengua extranjera debe tratar de adquirir (lectura y escritura, por un lado y comprensión y producción orales, por otro) se reducen de facto a lectura, comprensión escrita y traducción.

Generaciones de profesores de lenguas clásicas no se han planteado aplicar en todos sus extremos las metodologías docentes de las lenguas modernas por el simple hecho de que la naturaleza de las lenguas que enseñan es muy particular. No disponer de hablantes vivos hace artificial trabajar con la producción oral o escrita de textos. Pese a la opinión contraria de algunos entusiastas, la mayoría de la profesión no da carta de naturaleza seria y apropiada a los enfoques docentes en ese sentido en los tiempos modernos.

No obstante, como profesional de la Filología Clásica, comparto el interés y la preocupación de mis colegas por la capacidad de atracción de las nuevas generaciones a nuestras disciplinas en el mundo de las humanidades digitales. Ello pasa, sin duda, por mantener un enfoque moderno e innovador en la práctica docente, y, en pleno s. XXI, el uso adecuado de las TIC es un elemento esencial en ello, junto con, obviamente, el conocimiento de los resultados de la investigación más reciente en todos los ámbitos de la Lingüística General, de la Lingüística Histórica y Comparada, de la Historia de la Lengua, etc.

5. Lenguas clásicas y docencia

Conocemos la historia del griego y textos escritos en esta lengua, de distinta naturaleza, desde hace más de 3.000 años. Conocemos multitud de dialectos en los diferentes momentos históricos, tenemos una vasta literatura, representada por muchos géneros literarios y por textos de muy distinta naturaleza, soportes y contextos sociales y culturales. Conocemos en un nivel increíble de detalle aspectos de su fonética, de su morfología, de su sintaxis, etc., de hace mucho tiempo. Conocemos con precisión cómo de esos niveles de lengua hemos llegado al griego actual. Porque el griego se sigue hablando hoy, en una versión que se puede estudiar como estudiamos cualquier otra lengua moderna. En ese sentido, el griego es una lengua plenamente viva. Pero el estadio de lengua que es objeto de estudio en la Filología Clásica hace muchos siglos que es historia. Eso sí, así como conviene hacer ver a los alumnos que los antiguos griegos se parecían mucho más a ellos que a los héroes o dioses de la literatura que nos dejaron escrita, no obstante, el estudiante agradecerá cualquier aproximación o metodología docente que le acerque al mundo en que los textos que trata de leer, inicialmente impenetrables, fueron escritos. Que se los haga atractivos.

Se trata de ayudar a salvar la distancia no sólo horizontal de una lengua del s. XXI, con características contextuales más o menos familiares, sino además la que existe en dirección vertical y con profundidad cronológica, a otro momento de la historia, con condiciones históricas y sociales muy diferentes, con frecuencia poco o mal entendidas. Aprender una lengua antigua implica de un modo irrenunciable aprender historia, aprender historia de las religiones y de la cultura, la filosofía y el pensamiento. Implica el esfuerzo por viajar en el tiempo y entender el contexto de unos textos escritos por individuos con los que no podemos dialogar ni interactuar. Nuestro ‘diálogo’ con esos textos pasa por profundizar en su compresión global.

6. Lenguas clásicas e innovación y nuevas tecnologías

En este contexto general, el apoyo de las TIC puede ser y es muy importante. Puede hacer más atractivo el mundo objeto de nuestros estudios y puede endulzar la amarga tarea del estudioso. Puede enriquecer con imágenes visualmente sugerentes y educativas muchos de los complejos conceptos abstractos que necesariamente acompañan, como se señaló en el parágrafo anterior, el aprendizaje de una lengua clásica.

Puede servirse también de muchos de los avances y novedades metodológicas que las TIC y las innovaciones docentes surgidas del entorno del proceso de enseñanza / aprendizaje de lenguas modernas pone sobre la mesa. No todas, no absolutamente todas, serán útiles o al menos no tan útiles de lo que son cuando se aplican a lenguas modernas. Pero muchas servirán para mejorar la eficacia del proceso docente y, en cualquier caso, para hacer más atractivo el campo de estudios, en tanto en cuanto mejoran la eficacia en el esfuerzo y la superación feliz de algunas dificultades.

En un estudio reciente (2005) titulado “La aplicación de las TIC en la docencia universitaria en Filología: un estudio contrastivo,”[1] el helenista de la Universidad Complutense de Madrid Eugenio R. Luján, observa (p. 97) que “la aplicación de las TIC a la docencia universitaria y, específicamente, a la docencia universitaria en Filología, es hoy ya una realidad, todavía incipiente pero que sin duda irá in crescendo en los próximos años, en consonancia con el papel cada vez más importante que las tecnologías de la información tienen en la sociedad en general.” Finalmente concluye que “el uso generalizado de las TIC puede contribuir, además, a mejorar sustancialmente la calidad de la enseñanza universitaria y a abordar con éxito las profundas reformas estructurales que para la universidad supondrán procesos como el de la convergencia europea y la creación del Espacio Europeo de Educación Superior.”

Los jóvenes a los que queremos atraer a los estudios de Filología Clásica viven, como nosotros, en el contexto del s. XXI y son parte de lo que se ha venido en llamar “Sociedad del Conocimiento”, que, en palabras de Antonio López Fonseca, latinista de la Universidad Complutense de Madrid, “requiere no sólo la aplicación de las NTIC (Nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación) a los procesos formativos, sino también su utilización de acuerdo a los nuevos modelos sociales y culturales que van apareciendo y a las necesidades que la misma demanda. En esta nueva sociedad, a los profesores y a los alumnos se nos ofrece una galaxia de medios y recursos: Internet, multimedia…, que conllevan la aparición de nuevas modalidades formativas y comunicativas, como la teleformación y las comunidades virtuales. No obstante, en su utilización no sólo debemos pensar en los aspectos técnicos, sino también en los modelos culturales e ideológicos que subyacen, y en las divisiones y separaciones que se pueden establecer entre los que tienen posibilidad de acceso y los que están marginados respecto a la utilización de estos medios” (2009: 1).

Observa a continuación (2009: 2-3) que:

estas tecnologías requieren un nuevo tipo de alumno, más preocupado por el proceso que por el producto, preparado para la toma de decisiones y la elección de su ruta de aprendizaje. En definitiva, preparado para el autoaprendizaje. (…) Nos encontramos con un nuevo tipo de alumno, acostumbrado a recibir estímulos audiovisuales múltiples, con menor capacidad para centrar su atención en un hilo argumental sólido y coherente, habitual en la enseñanza tradicional. Y, para colmo, cada vez tenemos menos tiempo para enseñarle más cosas. La era del mando a distancia, el zapeo, de la información exhaustiva y desestructurada, puede acabar con el hábito de la escucha paciente al profesor. Pero, paradójicamente, nuestros alumnos tienen una cierta ventaja ya que han desarrollado una mayor capacidad para prestar atención a estímulos simultáneos y para sacar conclusiones a partir de hechos aparentemente inconexos. Los estudiantes son diferentes a cualquier otra generación anterior. Son los primeros en crecer rodeados de los medios digitales.

Ese es el estudiante tipo al que todas nuestras disciplinas científicas deben dirigirse. Porque ese es el modelo de joven que crece en nuestras sociedades contemporáneas. Primero para atraerlo y luego para formarlo del modo más eficaz e innovador posible en lo que a nuestro ámbito de actuación respecta. Sin olvidar que nuestro esfuerzo formativo no sólo redundará en educar profesionales de las lenguas para el futuro, sino también individuos críticos y cultos pertrechados con las herramientas adecuadas, precisamente, para discriminar los datos que son relevantes de la inundación informativa y con frecuencia desinformadora a la que todos estamos sometidos. Las TIC, sin duda, formarán parte del proceso. Pero siempre filtradas por medio de procesos de evaluación como aquellos a los que las sometemos en proyectos como E-Lengua y como XCELING, descritos más arriba.

Nos enfrentamos constantemente ante desafíos nuevos y hemos de aplicar con buen criterio las mejores prácticas en el entorno de la investigación y de la práctica docente en el proceso de enseñanza / aprendizaje de lenguas, incluyendo entre ellas todo tipo de lenguas: internacionales, de minorías, habladas hoy, antiguas, etc. Entre ellas, como no, el griego clásico.

7. Bibliografía

Alonso Guardo, A. (2000), “Recursos en Internet para latinistas”. Minerva 14: pp. 265-295.

Blecua, J.M. et alii (ed.) (1999). Filología e Informática. Nuevas tecnologías en los estudios filológicos. Lérida: Milenio.

López Fonseca, A. (2009). “La aplicación de las nuevas tecnologías a la Filología Clásica: Didáctica”. Reduca (Filología). Series Classica 1 (1): pp. 1-21.

Luján, E. R. (2005). “La aplicación de las TIC en la docencia universitaria en Filología: un estudio contrastivo”. Universidad Complutense de Madrid (Docencia y Campus Virtual – Filología). <http://eprints.ucm.es/5762/> (10-9-17).

Macías Villalobos, C. (2006). Panorama actual de la Filología Hispánica y Clásica en la Red: docencia e investigación. Sevilla: Alfar.

Macías Villalobos, C. (2007), “La web 2.0 y sus aplicaciones en el ámbito de la Filología Clásica”, RELat 7: pp. 231-258.

Schreibman, S., Siemens, R. & Unsworth, J. (ed.) (2004). Companion to Digital Humanities. Oxford: Blackwell.

Solomon, J. (ed.) (1993). Accessing Antiquity. The Computerization of Classical Studies. Tucson – Londres: Jon Solomon.

Caracteres vol.6 n2

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Notas:    (↵ regresa al texto)

  1. Forma parte de los resultados de un proyecto de innovación docente de la Universidad Complutense de Madrid (Docencia y Campus Virtual – Filología 2005).

Caracteres. Estudios culturales y críticos de la esfera digital | ISSN: 2254-4496 | Salamanca