Gigantes digitales. Quijote en 17000 tuits de Diego Buendía y Escribe tu propio Quijote de Belén Gache

Digital Giants. Quijote en 17000 tuits by Diego Buendía and Escribe tu propio Quijote by Belén Gache

Celia Corral Cañas (Universidad de Salamanca)

Artículo recibido: 10-02-2015 | Artículo aceptado: 10-05-2015

ABSTRACT: To incorporate Don Quixote into the virtual environment offers many possibilities, from the literal adaptation into an electronic format, such as rewriting it on Twitter, to the allusion to the book in an avant-garde creation. Thus, among the various ways of tackling Don Quixote in Twitter, the project El Quijote en 17000 tuits by Diego Buendía, who makes a fragmented transcript in 17000 sections or tweets, stands out. Furthermore, Escribe tu propio Quijote by Belén Gache honors Cervantes’ novel with a simple interactive game that invites the reader to rethink the authorship issue within and outside the work. These two creations, born from the junction of the famous novel by Cervantes and the particularities of the new ecosystem, recover the quixotic nature to integrate it, from very different paths, into the digital universe.
RESUMEN: La incorporación del Quijote al entorno virtual ofrece múltiples posibilidades, desde la adaptación literal a un formato electrónico, como su reescritura en Twitter, hasta la alusión a la obra en una creación de carácter vanguardista. De este modo, entre las diversas formas de abordar El Quijote desde Twitter, destaca el proyecto El Quijote en 17000 tuits, de Diego Buendía, que realiza una transcripción fragmentada en 17000 secciones o tuits. Por otro lado, Escribe tu propio Quijote, de Belén Gache, homenajea la novela cervantina desde la perspectiva de su autoría, en un sencillo juego interactivo que obliga al lector a repensar la problemática de la identidad del autor dentro y fuera de la obra. Estas dos creaciones que nacen de la encrucijada entre la famosa novela de Cervantes y las particularidades del nuevo ecosistema recuperan la esencia quijotesca para integrarla, desde muy distintos caminos, en el universo digital.

KEYWORDS: Don Quixote, Twitter, WordToys, programming, authorship
PALABRAS CLAVE: El Quijote, Twitter, Wordtoys, programación, autoría

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1. Reescrituras y evocaciones del Quijote en el entorno digital

En este periodo de migraciones a la Galaxia Internet el sujeto creador ha realizado una construcción del ciberespacio literario a partir de su propia experiencia intelectual, fundamentada en las claves culturales de la Galaxia Gutenberg, con la actitud del demiurgo que proyecta su visión y sus conocimientos en cada nuevo territorio descubierto, conquistado y habitado. En este contexto de relaciones intergalácticas, el arquitecto de las nuevas estructuras literarias ha desempeñado un proceso de traslación de elementos culturales, en un acto de reescritura y de traducción al nuevo canal de aquellas obras que ha considerado que debían ser salvadas y comunicadas en el espacio digital. Entre este amplio compendio de libros digitalizados, El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha ocupa, como parece esperable, sus propios territorios en la red.

No obstante, además de la versión electrónica del Quijote, tan imprescindible como digna de agradecimiento para toda la comunidad de lectores digitales y analógicos, existen diversas vías de exploración con la obra que juegan con las características del hábitat virtual, en una conservación y reactualización de la imagen quijotesca.

Entre las creaciones resultantes de las muchas alternativas que ofrece este nuevo entorno tecnológico, destacan dos artefactos tan disímiles entre sí como innovadores con respecto a la novela original: El Quijote en 17000 tuits, de Diego Buendía, y Escribe tu propio Quijote, de Belén Gache. En ambos casos podemos observar la voluntad de componer un claro homenaje al Quijote de Cervantes, así como de integrarlo en el cosmos virtual para que se alimente de los atributos de su naturaleza sin perder su propia esencia. A su vez, las dos piezas demuestran que este nuevo espacio tecnológico atiende y alaba las grandes aportaciones de la literatura tradicional. De este modo, en el primer ejemplo, publicado en Twitter y diseñado y generado a raíz de las oportunidades y condiciones de la red social, encontramos un nuevo camino para abordar la reescritura; y, en el segundo ejemplo, una creación interactiva basada en la cuestión de la autoría del Quijote, donde la novela más famosa de Cervantes es evocada desde este ángulo concreto. Esta proyección de Don Quijote en la pantalla motivada por una actitud de reciprocidad entre el mensaje y el canal responde, por tanto, al deseo de transgresión y transcendencia de los límites mediáticos.

2. Los Quijotes de Diego Buendía y Belén Gache

2.1. Don Quijote en Twitter

Las representaciones simbólicas de literatura en Twitter destacan por la inclinación hacia las formas breves, debido a la directriz de la síntesis que promueve la propia plataforma por su limitación de ciento cuarenta caracteres por tuit. Por este motivo es común la publicación de géneros como el cuento, el microrrelato, el aforismo, la greguería, el haiku, el poema breve, el poema hiperbreve o el micropoema, así como de adivinanzas y figuras retóricas concretas que sugieren juegos de palabras, como el palíndromo, y tanto en la digitalización de textos generados en el entorno analógico, como en su creación nativa al medio. No obstante, a pesar de que Twitter parezca invitar a la concepción y divulgación de los géneros más abreviados, existen también novelas en Twitter, incluso novelas diseñadas para ser visualizadas en este espacio, como Serial Chicken <http://twitter.com/bcnegracast>, de Jordi Cervera, la primera tuitnovela española.

La aparición de obras clásicas en Twitter, por su parte, cumple con el objetivo de recuperar las manifestaciones clave de la Literatura Universal e incorporarlas a los nuevos formatos, en una adaptación al ecosistema digital que, en el caso de Twitter, plantea una estructuración propia y un proceso de lectura distinto. La red social del “trino”, caracterizada por su restricción de caracteres, obliga a una división de los textos clásicos en pequeños fragmentos que inciden en la sensación de “destello” y en la apuesta por la comunicación ágil e inmediata, en sintonía con el carácter instantáneo y con tendencia a la concisión y a lo efímero, seña de identidad de nuestro tiempo (Lipovetsky, 1990), especialmente visible en el cosmos electrónico.

Esta perspectiva mediática tan disímil al libro tradicional ofrece, a su vez, múltiples posibilidades. Por una parte, aparece la reescritura de obras emblemáticas divididas en tuits, como la trascripción de The Great Gatsby <https://twitter.com/ihatejoemarshal> de Scott Fitzgerald a tuit diario o la reedición del Lazarillo de Tormes <https://twitter.com/Lazarilloiescmc> a cargo de estudiantes de secundaria. Y, por otra parte, se realizan iniciativas más experimentales, como Sugar Serial <https://twitter.com/SugarSerials>, de Jordan Holberg, que emite de manera automática en el minuto cuarenta y siete de cada hora un fragmento de ciento cuarenta caracteres de la novela American Psycho de Bret Easton Ellis al que acompaña, además, de imágenes que incorporan un componente visual; o bien el proyecto Ulysses Meets Twitter 2011 <https://11ysses.wordpress.com/>, consistente en la publicación del Ulysses de Joyce el 16 de junio, día del Blooomsday, en noventa y seis tuits escritos por noventa y seis “escrilectores” diferentes de distintas partes del mundo a través de la cuenta @11lyses y en un total de noventa y seis cuartos de hora[1]. Esta adecuación de los textos característicos de la cultura tradicional de la imprenta a una plataforma digital con sus propias singularidades en cuanto al formato genera el fenómeno conocido como “mediamorfismo” (Fidler, 1997), que define aquellas transferencias de un medio de comunicación a otro que requieren ciertos ajustes formales.

El acercamiento a los clásicos desde Twitter ha alcanzado tal éxito que incluso ha llegado a salir de la pantalla para desembocar en el libro Twitterature: The World’s Greatest Books Retold Through Twitter (Penguin, 2009), escrito por Emmett Rensin y Alexander Aciman cuando eran jóvenes estudiantes de la Universidad de Chicago, un compendio de más de sesenta textos cumbre de la Historia de la Literatura sintetizados en un máximo de veinte tuits por obra. En esta revisión de la Historia de la Literatura El Quijote de Cervantes tiene su propio capítulo (2009: n.p.), en el que se describe el argumento de la siguiente manera:

Don Quixote
by Miguel de Cervantes
@DonQuixote
People say that sleep deprivation, isolation, and too much reading have made me loopy. But I say nay! Nay!!!
I am a noble knight on a quest! Where is my trusty horse Rocinante –like bucephalus with syphilis.
I am going full-creeper and giving a girl I love a special secret nickname without her even knowing about it.
I’ll call her Dulcinea. Get it? Like Dulce del Coochayyyy.
A castle! No drawbridge. Pretty, pretty shabby if you ask moi. I’ll ask the owner to knight me.
Is it bizarre that the owner of a castle is wearing patched overalls and has a corn husk pipe? Not very classy for a king.
He has knighted me! When the ladies ask who I am I’ll say:
Quixote, Don Quixote. Some traders have insulted my woman!
Fight didn’t end well. Asshole neighbor brought me back home.
By Merlin’s balls! A wizard, my niece claims, has taken our library away with magic. No more books for me L.

Esta peculiar síntesis enlaza con la naturaleza rápida y esquemática de la comunicación en internet, así como con la expresividad tipográfica visual. El resultado se corresponde con el retrato esperable de la subjetividad mediática de nuestro tiempo en el que, más allá de la superficialidad aparente, subyacen la ironía y la sátira.

En la mirada a la literatura clásica desde esta red social no se podría, por supuesto, obviar una de las novelas más representativas de la cultura hispánica. La participación del Quijote en Twitter tiene diversas vías. Encontramos, por ejemplo, el perfil Don Quijote, por @quijote1605, concebido como un espacio para transmitir fragmentos seleccionados de la obra, así como materiales visuales y comentarios alusivos al Quijote, o bien Quijote.TV, por @quixotedottv, donde se hace referencia a la serie de animación basada en las aventuras de Quijote y Sancho, si bien su contenido es heterogéneo.

Por otro lado, la iniciativa de Diego Buendía Quijote en 17000 tuits <https://twitter.com/elquijote1605/> tiene como objetivo la reescritura de la obra en Twitter diseccionada en 17000 tuits, iniciada el 1 de septiembre del 2014 y cuyo final está previsto para el 22 de abril de 2016, día del cuadragésimo aniversario de la muerte de Cervantes. Esta estructura permite una lectura diaria y constante en pequeñas cápsulas quijotescas para sus más de siete mil seguidores. El resultado final será, por consiguiente, opuesto: desde el último tuit hasta el primero, en un orden de lectura inverso al analógico. Además de los textos, en la cuenta se facilitan datos intrínsecos sobre el proyecto y otros materiales afines a la obra.

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Figura 1. Quijote en 17000 tuits

De modo paralelo, el creador mantiene una web, El Quijote en 17000 tweets! <http://protopol.com/quijote17000/quijote.php>, dedicada al registro cronológico de cada tuit, que propicia una lectura sucesiva lineal de la obra. También en su web personal, Diego Buendía. Programación, El Quijote… y otras cosas <http://diegobuendia.com/>, resume este proyecto, comenta el proceso de programación, explica los detalles técnicos y escribe acerca de diversos aspectos literarios cervantinos, entre otros contenidos. Ante la pregunta de por qué decidió iniciarse en esta aventura, Buendía contesta:

La razón primera es hacer algo que nadie ha hecho antes, y que en primera instancia parece un sinsentido. Visto así, lo que me gusta es la propia naturaleza de locura quijotesca que tiene la idea.
Luego ya se van encontrando razones plausibles:
· la efeméride próxima del 400 aniversario de la muerte de Cervantes.
· la curiosidad por ver la respuesta de Internet ante la propuesta.
· el desafío técnico de programarlo todo.
Me gusta pensar que cada cual encontrará la forma de dejarse acompañar por El Quijote durante este tiempo. Algunos aceptarán la lentitud de la propuesta, y saborearán las palabras encontrando bellezas que quizás pasaron desapercibidas.
Otros se acercarán al libro para sortear su impaciencia, y al día siguiente reconocerán lo leído como se reconoce a un viejo amigo. Otros más intertextualizarán, al estilo de Internet, comentando palabras, buscando en Google o en la Wikipedia el sentido de algunas cosas.
Y seguro que hay maneras de usar esta propuesta que no llego a imaginar. En todo caso, mi obra ahora también pertenece al mundo, y es un alivio dejarla marchar y que se someta por sí misma al juicio de la gente (2013: web).

El acercamiento de una obra de la tradición literaria tan compleja al universo digital conlleva, en efecto, multitud de posibilidades de recepción: desde una lectura diferente, hasta procesos de investigación y de creación suscitados por este primer contacto con este Quijote “tuiteado”. La reescritura en el entorno virtual, en esta estructura tan disímil a la original, por entregas de fragmentos mínimos, aparte de constituirse como una publicación electrónica en una plataforma específica, se concibe como una forma de compartir en un medio significativamente masivo, abierto y activo en cuanto a la colaboración y a la interacción de los destinatarios.

La aparición del Quijote en Twitter demuestra, por una parte, la actualidad y vigencia de la obra, por encima de las épocas y de sus medios, y, por otra parte, la flexibilidad de la red social, espacio para las creaciones nativas integradas en el concepto de “tuiteratura”[2] y espacio para rescatar y aplicar las voces clásicas. El mediamorfismo en el que se sumerge este “tuitquijote” le conduce a un campo de recepción directo y plural, con opción de respuesta, de retuiteo y, por ende, de divulgación espontánea, circunstancia que motivará nuevas y distintas lecturas.

2.2. “Cada internauta, un Cervantes” con Belén Gache

Belén Gache, una de las autoras más representativas de la experimentación digital, tanto desde el punto de vista teórico como desde el artístico, rescata el inicio del Quijote en su artefacto Escribe tu propio Quijote para ponerlo en las manos del lector.

Esta creación se engloba dentro de su obra Wordtoys, un poemario virtual que conserva los rasgos de libro tradicional -portada, índice, páginas- y cuyas piezas en formato hipermedia poseen una importante presencia de intertextualidades, como un homenaje tecnológico a la tradición artística y literaria, con especial ímpetu en las prácticas vanguardistas. De este modo, además de una interacción constante y necesaria y de la exploración en los distintos modos de leer, se requerirá que el receptor asuma el conocimiento de la cuestión abordada para que su interpretación sea completa. En estas creaciones interactivas y siempre sorprendentes Gache vincula la tradición con la más absoluta modernidad técnica, cediendo al espectador la responsabilidad de jugar con la obra y extraer su sentido del humor, sus críticas y sus sentidos.

En Escribe tu propio Quijote <http://www.findelmundo.com.ar/wordtoys/data/quijote/quijote.htm> nos encontramos ante un procesador de textos donde nosotros, lectores y “escrilectores”, volvemos a redactar el Quijote, puesto que cada clic, con independencia de la tecla que toquemos, se representa con un grafema del famoso fragmento que da comienzo a la obra. De este modo, pulsemos la tecla que pulsemos, en la pantalla aparecerá de manera paulatina, clic a clic, el famoso inicio de la novela. El resultado es, por lo tanto, la reescritura involuntaria y casi inevitable del comienzo de esta obra cervantina.

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Figura 2. Escribe tu propio Quijote

Con este juego Belén Gache evoca la problematización de la autoría del Quijote, desde la propia obra de Cervantes, donde el narrador recurre a la técnica del “manuscrito hallado” y asegura haber encontrado el texto en un mercado toledano escrito en árabe y firmado por Cide Hamete Benengeli; hasta la alusión del cuento de Borges “Pierre Menard, autor del Quijote”, en el que Pierre Menard, escritor simbolista francés, reescribe el Quijote en una reproducción exacta de cada palabra de la novela original, tratando de aunar su propia identidad con el aura de Cervantes y de reflejar, así, un espíritu doble en la obra. Desde este punto de partida, Gache alude al pensamiento del relato borgiano según el cual “el significado del texto se construye con cada lectura y cada escritura no es sino una reescritura” (Gache, 2006: web). Escribe tu propio Quijote no es sino una muestra literal de la implicación creadora que asume, siguiendo esta idea, cada transcripción. Este wordtoy, por consiguiente, no solo se constituye como un experimento en busca de asombrar al lector, sino que, además, asume el interés cervantino por despertar la duda sobre la autoría de su contenido y se la devuelve al receptor para que en su emisión del texto se replantee los límites de la autoría, involucrándolo en el wordtoy y en sus repercusiones de emisión y recepción.

Por último, este juguete verbal adopta el sentido del lema neovanguardista “Everyman a Rembrandt” (Gache, 2006: web), recogido también en la máxima de Joseph Beuys “Cada hombre, un artista” (1995) y nos confiere la opción de ser por un momento “Cada internauta, un Cervantes”.

3. Conclusiones

La inmersión del Quijote en la pantalla ofrece múltiples alternativas, según el modo en el que el sujeto creador, lector de las aventuras de Don Quijote y autor de una creación digital que las recupere y comparta, diseñe la unión entre la obra cervantina y las herramientas tecnológicas de la actualidad. Las dos iniciativas que hemos visitado en este acercamiento, Quijote en 17000 tuits, de Diego Buendía, y Escribe tu propio Quijote, de Belén Gache revelan dos caminos muy distintos de convergencia.

La aportación de Buendía consiste en la programación de la reescritura de la obra completa en 17000 tuits, que deberán terminar en el cuadragésimo aniversario de la muerte de Cervantes. Esta innovadora reedición tiene, por tanto, una duración de un año y medio, es un experimento que sucede en su continuidad y las innovaciones que plantea se deben fundamentalmente a las características de la plataforma de emisión, tanto en su planteamiento como en su proceso de recepción.

El artefacto de Gache, por su parte, consiste en un juguete de palabras, en un homenaje simbólico al interés de Cervantes por la cuestión de la autoría que entronca en su concepción y en su procedimiento con la vanguardia digital. Escribe tu propio Quijote, desde su propio título, está más dirigido al lector y a su experiencia instantánea que al componente narrativo y argumental de la obra. El objetivo no consiste en releer el clásico en un formato distinto; consiste en sorprender al receptor, en invitarle a jugar por un momento, siempre y cuando demuestre una mínima curiosidad, a la invención de lo ya inventado, a la escritura de lo ya escrito.

Buendía asume la misión de recuperar la obra y mediamorfosearla en una red social de gran alcance y a través de un sistema de programación; Gache salta por encima de la narración para, en su mención tangencial, gastar una pequeña broma al lector, otorgándole a este la capacidad para comprender sus significados intertextuales.

Sin embargo, ambas creaciones tienen un componente en común, además, claro, del Quijote: la voluntad de buscar nuevas formas de leer. En la transcripción en Twitter la lectura es reestructurada en fragmentos seleccionados según la exigencia de número de caracteres impuesta por la red social, por lo que el tiempo de lectura, si se hace de forma fiel y continuada, durará desde el inicio hasta el 22 de abril de 2016. Esta fragmentación hace más asimilable la obra para los internautas menos experimentados y le concede un carácter más volátil y fragmentario al texto. Escribe tu propio Quijote, por su parte requiere la interacción física del receptor, su actitud indagadora y su comprensión con respecto a las implicaciones de la problematización de la autoría en la novela original –que pone a su disposición de forma explícita en la presentación del wordtoy–  en relación con el juego final.

Estas dos experiencias digitales demuestran que más allá de la literatura nativa completamente ajena a la tradición literaria existen vínculos tan diversos y enriquecedores como todo lo que sucede en el mundo potencial que regresan al texto clásico para rediseñarlo y orientarlo a lectores, lectoras y lecturas del siglo xxi. Quizá porque respetamos nuestra cultura y queremos compartirla desde nuestros medios. Quizá porque el ejercicio de la lectura, sea en pantalla, en papel, en papiro o en piedra, nos relega al universo de lo sincrónico. Quizá porque la construcción de la Galaxia Internet siempre se ha dinamizado por un espíritu quijotesco.

Bibliografía

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Ulysses meets Twitter 2011. <http://11ysses.wordpress.com/> (10-04-15).



Caracteres vol.4 n1

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Notas:    (↵ regresa al texto)

  1. La cuenta ya no está operativa en Twitter, pero la información sigue accesible en la web Ulysses meets Twitter 2011 <https://11ysses.wordpress.com/>.
  2. Elegimos el término “tuiteratura”, a pesar de que exista una ambigüedad terminológica entre “twitteratura”, “tuitliteratura”, “twitliteratura” y “twittliteratura” porque, como explica Escandell: “Múltiples estudiosos y usuarios destacados de Twitter, como José Luis Orihuela, emplean con normalidad la forma tuit para la composición y adaptación de otros compuestos propios o de origen anglosajón, y esta adaptación bajo criterio fonémico ha sido igualmente respaldada por la Fundéu en el Manual de estilo para nuevos medios” (2014: 39).

Caracteres. Estudios culturales y críticos de la esfera digital | ISSN: 2254-4496 | Salamanca