Editorial

Presentación y agradecimientos
Llegar al segundo número es un hito casi tan importante como conseguir lanzar el primero. Ha pasado un año desde que empezó públicamente la aventura de Caracteres, cuando estrenamos la página web y lanzamos la primera invitación para la recepción de artículos, un camino que culminó en mayo de 2012 con la aparición de ese primer número. Ahora, seis meses más tarde, cumplimos nuestro objetivo de convertirnos en una revista semestral centrada en el estudio de las Humanidades Digitales.

Como dijimos entonces, este campo de estudio lo entendemos de manera amplia y, por tanto, incluye estudios informáticos, multimedia, hipermedia, lingüísticos, literarios, sociológicos y filosóficos, entre otras disciplinas. La publicación es decididamente interdisciplinar y busca los puntos de convergencia de las ciencias nuevas y clásicas en lo digital. Ese es el espacio que deseamos explorar, a veces dando mayor peso a la perspectiva de los estudios humanísticos y en otras concediendo preeminencia a lo técnico-digital.

Deseamos transmitir, una vez más, un sincero agradecimiento a todos los que han creído en el proyecto y han pasado a formar parte de nuestros consejos, tanto en el editorial como en el asesor. En este sentido, damos la bienvenida al profesor Robert Blake, que se ha incorporado al Consejo editorial de esta publicación. Se expande, así, la red de especialistas y universidades que se unen para dar forma a este proyecto.

Desde el lanzamiento del primer número, y siguiendo las directrices españolas que se imponen para publicaciones digitales, la revista se ha consolidado ya con su ISSN y estamos presentes también en la web de la Editorial Delirio. Tenemos todavía mucho camino por recorrer, pero estamos seguros de que con el trabajo de todo el equipo alcanzaremos nuestros objetivos.

La estructura y funcionamiento de Caracteres

En este nuevo número se consolida la estructura que diseñamos para la revista, con tres elementos esenciales: los artículos de investigación abren la revista y son nuestro objetivo principal. Se trata de textos enviados por estudiosos de diferentes especialidades que abordan con objetivos de investigación científica. Las reseñas, por su parte, se sitúan en el centro de la revista: cubren novedades y libros relevantes para este terreno interdisciplinar en el que nos movemos, desde una perspectiva crítica con el objetivo de ofrecer un retrato de los libros tratados que permita a los interesados en este campo saber qué pueden ofrecerles los textos analizados. La parte final ofrece un aparato teórico-divulgativo que permita aproximaciones a no expertos en la materia. La clave está en abrir el conocimiento, en presentar proyectos de relevancia para la comunidad investigadora, con una perspectiva siempre abierta y lo más accesible posible. En un terreno interdisciplinar, en el que todavía queda mucho por hacer y definir, como es el caso de las Humanidades Digitales consideramos de gran relevancia permitir el acceso a otros campos de investigación como complemento a la publicación de textos de investigación. El desarrollo de estos ámbitos y el trabajo en estas intersecciones será sin duda de gran ayuda para posteriores investigaciones y caldo de cultivo para nuevas ideas.

Deseamos recordar, asimismo, que Caracteres. Estudios culturales y críticos de la esfera digital es una revista independiente y autofinanciada, una elección que consideramos esencial a la hora de definir nuestras intenciones. Esto es el resultado también de apostar por el mundo digital: lo que antes era económicamente inviable por la materialidad del papel es factible hoy en día gracias a la web. Abogamos por la difusión del conocimiento, sin barreras ni limitaciones. El conocimiento como bien humano que no debe quedar restringido tras esquemas industriales o de control movidos por intereses que no pasan por ayudar a construir la biblioteca del saber libre y en abierto.

La espacios de legitimación en la red

Desde el colectivo editorial de una revista académica una de las preocupaciones que surgen reside en los espacios de legitimación en la red, es decir, los mecanismos y medios de publicación para el pensamiento y la investigación. Dicho de otra manera, cuáles son los grados de autoridad que se atribuyen a los formatos de publicación digital, desde los blogs hasta las wikis, pasando por formatos sociales de diversa índole. No solo entra en juego la firma de quien publica un contenido, sino también la propia veracidad de la misma, así como el espacio escogido para su divulgación. Los mecanismos de prejuicios que se activan en el receptor no son los mismos ante un mensaje en Facebook que ante una revista digital, como esta que nos ocupa, o un blog personal, con independencia de si tiene dominio propio o si se integra en un servicio de hospedaje como, por ejemplo, Blogger o WordPress.

Uno de los elementos que no siempre se consideran en la publicación de estos contenidos reside en la adecuación propia al medio escogido. Aunque es posible que haya colectivos de usuarios que no tengan activos en sus estructuras mentales prejuicios definidos ante los espacios digitales, lo cierto es que la mayoría de los usuarios expertos se mostrarán por definición mucho más críticos ante unos formatos que otros, de la misma manera que una redacción confusa o con diferentes grados de errores puede hacer que no confiemos plenamente en lo que leemos. Es posible encontrar en Facebook grupos que publican en sus páginas contenidos bien formados, por supuesto, pero ese espacio no favorece la publicación de grandes textos (pese a que no hay limitaciones técnicas en cuanto a la longitud de los mismos, como sí la hubo en el pasado), ni tampoco parece estar imbuido de una experiencia aurática de legitimación. Puede tenerla, sí, e incluso desarrollarla en el futuro de manera generalizada según el devenir de la plataforma; no obstante, en estos momentos no le atribuimos esa capacidad intrínseca de respetabilidad necesaria para gozar de confianza.

Lo contrario sucede con muchos espacios wiki, como la popular Wikipedia. En esta plataforma se diluye la autoría para apostar por la colectividad, por el esfuerzo comunitario de la construcción del conocimiento, con independencia de las disciplinas que abarca. Hay un fuerte trabajo tras esta plataforma. Mucho se ha hablado de la fiabilidad de la misma con respecto a otros referentes enciclopédicos, tanto a favor como en contra, aunque la cuestión reside en la percepción que se tiene de ese espacio, y es positiva. Su facilidad de edición le concede el dinamismo que conforma la potencia intelectual del soporte: su crecimiento parece imparable y cubre desde lo más banal hasta artículos de elevada complejidad. Su poder es también su debilidad, puesto que cualquier página es vandalizable, es decir, alterable con la intención de introducir información errónea. Los defensores aseguran que estos casos se localizan y solucionan rápidamente, pero basta que un usuario entre en un artículo en el momento en que se ha modificado erróneamente (incluso cuando no es fruto de mala intención por parte de la persona que ha introducido cambios) para obtener información que no resulta fiable, pero en la que se ha confiado porque sí se asume una potencia aurática de legitimación a este espacio. Wikipedia, nos guste o no, es un síntoma de los nuevos tiempos y la percepción del conocimiento y de uso y disfrute, un paso más, del que se ha comenzado desconfiando pero que se afianza firme y desvelando una productividad que agota las críticas más cerriles.

Los blogs, por su parte, aportan un espacio de verticalidad en el que una o más personas publican sus artículos. En este caso, aunque podemos reaccionar de manera diferente ante los hospedajes y elementos de diseño de los mismos, la legitimación del espacio se percibe como mucho más independiente de la plataforma de publicación para asimilarse a la auctoritas que forje el equipo responsable de la bitácora. Se trata de una plataforma neutralizada en buena medida ante los prejuicios de percepción que, en líneas generales, podemos asumir como operativos ante todo en las personas que ya parten de una visión poco o nada receptiva del mundo digital, sin que esto implique necesariamente un ideario neoludita. Por supuesto, el blog no cuenta -de manera estándar- con mecanismos de legitimación adicional como las revisiones externas, aunque un diálogo abierto entre los responsables del articulado y los receptores del mismo mediante los sistemas de comentarios y otros espacios de intercambio social pueden derivar en un enriquecimiento mayor incluso que en las estructuras jerarquizadas clásicamente. Son, en todo caso, elementos complementarios que pueden expandir favorablemente la percepción de autoridad y reforzar la capacidad aurática de los espacios de publicación afines al formato blog.

La cita para el próximo número

Desde luego, estamos trabajando ya en el que será nuestro tercer número, previsto para mayo de 2013. Todos los que quieran participar están invitados a enviar sus colaboraciones y podrán encontrar las normas de publicación, hoja de estilo, dirección de contacto, etc., en la sección de la normativa de la revista, a través de la web.

Los editores de Caracteres.

Caracteres vol.1 n.2

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Caracteres. Estudios culturales y críticos de la esfera digital | ISSN: 2254-4496 | Salamanca