De arqueología (pública) y publicaciones (digitales) accesibles

About (public) archaeology & handy (digital) editions

Jaime Almansa Sánchez (JAS Arqueología)

Artículo recibido: 10-4-2012 | Artículo aceptado: 30-4-2012

ABSTRACT: This article is about new editorial ways offered by the internet. Along these pages we will see some of the problems affecting the editorial market in archaeology and, in general, critical and university publishing in Spain. We will also see some of the solutions offered from JAS Arqueología for the diffusion of academic contents and the distribution of digital resources through the Internet, social networks and traditional paper formats. The aim of this article is showing the existing possibilities of editing and distributing science in an accessible way, thanks to the opportunities given by 2.0 technology.
RESUMEN: Este artículo versa sobre los nuevos caminos editoriales que nos ofrece la red. A lo largo de estas páginas abordaremos la problemática editorial en España en lo que respecta a la arqueología y a la publicación crítica y universitaria de este país. Proporcionaremos ejemplos concretos relativos a las soluciones que hemos planteado desde la creación de JAS Arqueología acerca de la difusión de contenidos de corte académico, la creación de material de estudio y de difusión a través de Internet, redes sociales y formatos más tradicionales como la publicación impresa. El objetivo será mostrar que existen posibilidades de hacer ciencia y difundirla de un modo accesible, propiciadas por la coyuntura editorial ocasionada gracias a las tecnologías de la web 2.0.

KEYWORDS: archaeology, editorial, web 2.0, accessibility, innovation
PALABRAS CLAVE: arqueología, editorial, web 2.0, accesibilidad, innovación

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1. De cómo hacer viable un nuevo proyecto editorial en medio de la crisis actual

¿Es viable otra editorial de arqueología? No estoy seguro de poder responder a esa pregunta aún, pero lo que sí tengo claro es que hacía falta un revulsivo en el mercado que ofreciera productos de calidad a un buen precio. Hasta ahora, el mercado está lleno de trabajos difícilmente accesibles por los modelos de distribución (hasta Amazon) y, sobre todo, por los precios. No era asumible para investigadores precarios, como lo somos la mayoría de los jóvenes, acceder a la bibliografía especializada. Libros entre 30 y 200 dólares y revistas para las que necesitas seguir vinculado a la academia si quieres acceder a sus repositorios.

Cuando en 2009 se me pasó por la cabeza darle forma comercial a mis proyectos académicos, una de las líneas de trabajo más importante era precisamente la editorial. Era consciente de que estábamos metidos de lleno en la mayor crisis que había vivido, pero los contactos y las ideas me daban cierta esperanza de salir adelante. Ya han pasado más de dos años y, aunque los inicios fueron duros, las cosas empiezan a funcionar.

El modelo de empresa que estoy sacando adelante es arriesgado y se basa en la reinversión de los pocos beneficios que voy obteniendo en nuevos proyectos editoriales y de I+D. Como si la consultoría pagara la afición, aunque la afición termine siendo la principal actividad, si no en facturación, sí en tiempo y entrega.

Mi familia ha estado durante años vinculada al mundo de la imprenta y mi primer sondeo fue de precios de producción. En tiradas largas (consideremos 1.000 ejemplares para arqueología) el precio rondaba los 3€ por volumen y en tiradas cortas (en torno a 100), los 7€ por volumen. Las retribuciones a autores, sondeadas entre los conocidos que ya habían publicado con editoriales especializadas, variaban mucho en cantidad y forma, pero la mayoría encontraron 1€ por volumen vendido como suficiente. Al fin y al cabo, los arqueólogos publicamos por vocación e interés, no por dinero (modo ironía activado).

Los primeros contactos con distribuidoras fueron duros. O no aceptaban productos, o tenían un margen de un 50-60%. Su consejo: “multiplica el precio de producción por cuatro. Una cuarta parte para el gasto, otra para ti, otra para nosotros y otra para la tienda.” Las matemáticas hicieron el resto. Tres por cuatro son doce. Siete por cuatro veintiocho. ¿Por qué los libros de arqueología costaban tanto? Porque no se vendían.

Tras estudiar el mercado, tomé mi primera decisión. Salvo circunstancias especiales, ningún libro de mi editorial superaría los 20€. En caso de tiradas largas podía asumir una distribución tradicional, y en el de las cortas, me encargaría de la distribución personalmente. Ahora sólo quedaba encontrar autores.

El primer libro (Frigoli, 2010) fue un éxito, a pesar de las circunstancias. Demasiado literario para el mundo académico y demasiado académico para el mundo literario. A pesar de ello, varias reseñas lo han dejado en buen lugar, incluyendo los periódicos del grupo Vocento (salvo ABC) y la televisión local de Salamanca. Hubo que reimprimir pronto y está dando unos pequeños beneficios. Los dos siguientes (Faylona 2010 y Sampietro, 2010) me aventuraron en el mercado internacional (Filipinas y Argentina respectivamente), que resultó estar más cerrado aún que el español. Ambos fueron apuestas arriesgadas en las que he perdido la inversión, pero creía necesario contar con una primera base de publicaciones antes de asegurar más los títulos. En 2011 publiqué mi primer proyecto personal (Almansa, 2011) en forma de obra colaborativa, tras varios años intentando darle forma. Fue la primera apuesta de tirada larga, con una promoción importante por toda España y una veintena de reseñas en camino. Ya ha cubierto los gastos en menos de seis meses, pero no ha ido todo lo bien que esperaba.

Para 2012 cuento ya con varios manuscritos programados y todo indica que la editorial está comenzando a hacerse un nombre dentro del mercado nacional. Desde el primer momento, mis propias necesidades dejaron claro otro aspecto. Era esencial ofrecer ediciones digitales de las obras, ya que dentro del ámbito de la investigación una buena parte de la lectura se hace ya en el ordenador. Para mí, el papel es esencial, pero también lo es la posibilidad de contar con los recursos en formato digital. Ahora mismo, todos los libros que edito cuentan con una versión en formato pdf. La experiencia aquí ha sido dispar, y una vez más el precio es un elemento esencial. Los primeros libros aparecieron a un precio de 10€. En el primer año no se hizo ninguna venta. Para mi libro, bajé el precio a 2,5€ en los que se incluía una donación de 1€ para una asociación de arqueología. Las ventas han sido importantes, sin por ello caer el número de volúmenes vendidos en papel. Por ello, de acuerdo con el autor, bajamos a 5€ el precio de nuestro primer libro y las ventas comenzaron enseguida. Por ello, de ahora en adelante, la política de precios está en esa línea. Al final, el precio que un cliente está dispuesto a pagar por un libro marca de un modo esencial todo el proceso de producción y distribución.

2. El papel interactivo de la nueva edición digital

Después de las primeras experiencias seguía echando en falta algo, la interactividad. A menudo, las publicaciones citan recursos que están accesibles en línea y poder acceder a ellos desde el libro podía representar un valor añadido. Por ello, los nuevos títulos incluyen códigos QR y otros formatos de enlace que permitan acceder en el momento a los recursos desde el propio papel (siempre que se cuente con la tecnología adecuada, cada vez más extendida). Además de los recursos citados, se pueden ofrecer recursos propios de toda índole que ahorran costes de impresión; anexos fotográficos, vídeos, materiales de apoyo al texto o incluso plataformas de participación, como el blog de mi libro (http://elfuturodelaarqueologia.blogspot.com). En cierto modo, se trata de crear un libro más allá del libro.

En directa relación, el hecho de crear un entorno en línea del libro llevaba consigo también la inclusión de herramientas comerciales. Poder vender directamente el libro desde su propia página web, utilizar las redes sociales (especialmente Facebook) para promocionarlo e interactuar con los lectores, o ofrecer información actualizada sobre cualquier novedad (reseñas, eventos, noticias relacionadas, etc.). Desde ese punto, es todo cuestión de imaginación y de ir integrando poco a poco todas las ideas que van surgiendo. El mayor problema es el tiempo que requiere. Como ejemplo, en la línea de lo que ahora llaman community manager, gestiono siete páginas de Facebook, dos perfiles de Twitter y cuatro blogs, además de los sitios de los libros y un canal de Youtube. Por supuesto, cada libro nuevo aumenta la suma. A pesar de todo, competir con las grandes editoriales es totalmente imposible.

3. ¿Por qué crear una revista online de arqueología amparada por una editorial en papel?

Pero queda otro campo de batalla, de nuevo en el ámbito de la investigación, en el que todos debemos tomar parte sin duda. Se trata de las publicaciones periódicas. Mientras se está en la academia, el acceso generalizado a los recursos de tu centro te nubla la percepción. Todo es gratis. Pero muchas veces no encuentras lo que quieres, o directamente terminas tu vinculación a la academia y todo se convierte en un trauma capaz de truncar tu carrera investigadora. ¿Quién se puede permitir una suscripción a todas las revistas de su especialidad? Ante ese problema, mi solución fue ofrecer en acceso libre una nueva revista de arqueología pública que complementara a la ya existente (que por suerte tiene una suscripción accesible), desde la red. Con AP: Online Journal in Public Archaeology alcanzamos este año la madurez, contando con autores de primera línea internacional en su segundo número. Casi 500 lectores registrados en su corto año de vida y un creciente interés son prueba de que el modelo es posible. Su mayor problema, la financiación. Conseguir subvenciones o donaciones es complicado y a pesar del voluntariado extendido en estos temas, los costes de mantenimiento son importantes.  En mi caso, la empresa se encarga de ello asociando los recursos, pero los departamentos universitarios no tienen muchas excusas. Renunciar al papel para ellos es difícil, porque buena parte de las revistas que tienen provienen de intercambios, pero ofrecer además los números (al menos los pasados) en formato electrónico y de forma gratuita debería ser una máxima. En el mundo anglosajón, la intrusión de las grandes editoriales en la edición de revistas ha truncado este ideal, pero existen plataformas como Ubiquity Press que ofrecen un servicio económico para el editor y sensacional para la gestión y el acceso a los recursos (gratuitos). El objetivo no es competir en el ámbito comercial con las grandes revistas internacionales, sino conseguir que la cuota de acceso abierto crezca y los precios de las publicaciones periódicas se racionalicen.

No es normal que un artículo cueste lo mismo que un libro. Se trata de una competencia en calidad y una calidad que se tendrá que ir ganando con los años. En definitiva, se trata de un planteamiento casi ético. Dedicándome a la arqueología pública, que básicamente consiste en estudiar las relaciones entre arqueología y sociedad, promoviendo la accesibilidad a los recursos en todos los niveles (Almansa, 2010), no podía entrar en el mercado tradicional.

4. Otras aventuras, esta vez sí, literarias

Pero no quería terminar sin dedicarle unas líneas a una aventura literaria, fuera de la arqueología: ¡tú! enCUÉNTrAME. Una pequeña editorial casera que me ha enseñado una buena lección. Más allá de la calidad literaria, una de las claves de éxito en un mercado saturado es la innovación en el formato. Una forma excepcional de conectar con el cliente es buscar contenidos y contenedores que rompan la norma y representen una novedad en el mercado. Así, nuestra primera edición, Entre Cartones, de Raquel Rullón, vendió sus 500 ejemplares en un solo año con excelentes críticas y distribuyendo sólo en Madrid. Por su parte, su segundo trabajo, Cuando aprendí braille para leer tus cicatrices, lleva más de 300 ejemplares vendidos en tres meses y la distribución se ha extendido a toda España, en librerías especializadas en poesía y diseño.

Al final, en cualquier caso, todo se reduce a la palabra innovación. Ya sea a través de la tecnología, o sin ella, innovar en la forma de hacer las cosas es la única manera de salir adelante en un mercado a la baja, muy saturado y en el que cada vez existen más formas de autoedición. El sector editorial está en crisis, al igual que el resto, pero sin renunciar al papel ni a la tecnología se pueden hacer muchas cosas diferentes. En el campo de la literatura es difícil sorprender, si no es con formatos agresivos. En el campo de la investigación, sólo hay que adaptar los formatos y los recursos a cada producto. Existen multitud de temas que no se han tratado, vías mixtas de divulgación con muchas posibilidades de entrar en el circuito comercial tradicional y formas de conectar con el lector más allá de la lectura.

Hoy en día, es esencial el aprovechamiento de los formatos electrónicos y, dentro de la tecnología, de todas las nuevas formas de distribución como PayPal asociado a tu propia web, o Amazon. Lejos de representar una amenaza para el sector tradicional, yo veo esta plataforma de distribución como un acelerante de la máxima “renovarse o morir” en el mundo del libro. Ante la imposibilidad de acceder a las grandes superficies de venta (La Casa del Libro, Fnac, El Corte Inglés, etc.) sin perder el poco margen de beneficio que te permite mantener los precios bajos, Amazon ofrece una plataforma de distribución internacional que coloca tus productos en igualdad de condiciones.

En conclusión, ante las dificultades que plantea abrir una nueva editorial de arqueología, sobre todo tratando de cambiar la dinámica de precios de las grandes editoriales ya establecidas, innovar en todos los aspectos es esencial. El éxito o no de la propuesta dependerá de muchos factores, tal vez demasiados, pero considero esencial una apuesta clara por el formato electrónico y la extensión en línea de los libros en papel, que permitan ayudar a la portabilidad de los textos, la asociación de nuevos elementos y la participación. En el libro, como en la arqueología, cada proyecto es diferente y se puede seguir innovando en todos ellos, dentro de las posibilidades que ofrecen.

Bibliografía

Almansa, Jaime (2010). Editorial: Towards a Public Archaeology. AP: Online Journal in Public Archaeology. Vol. 0, 1-4.

Almansa, Jaime (ed.) (2011). El futuro de la arqueología en España. Madrid: JAS Arqueología Editorial.

Faylona, Pamela (2010). Ethics in archaeology. The transforming ethical practice in Philippine archaeology. Madrid: JAS Arqueología Editorial.

Frigoli, Riccardo (2010). Las excavaciones de R’lyeh. La arqueología como método, la prehistoria como idea y la literatura fantástica de H.P. Lovecraft. Madrid: JAS Arqueología Editorial.

Sampietro, María Marta (2010). Espacio, ambiente y los inicios de la agricultura indígena en el noroeste argentino. Un enfoque geoarqueológico. Madrid: JAS Arqueología Editorial.

Caracteres nº1

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Caracteres. Estudios culturales y críticos de la esfera digital | ISSN: 2254-4496 | Salamanca