Pantalla táctil

Las pantallas táctiles son aquellas que permiten un control directo con pulsaciones sobre los elementos de su interfaz y que son cada vez más predominantes en el ámbito de la telefonía móvil (por ejemplo, iPhone) o en las tabletas (por ejemplo, iPad).

Según la tecnología empleada para detectar las pulsaciones, se dividen en dos subtipos:

Las conocidas como resistivas son más económicas de producir y es aconsejable usarlas con un puntero (un stylus con punta plástica), aunque pueden ser usadas con el dedo; en este caso, la precisión puede ser insuficiente. Pierden brillo y contraste por la capa adicional que se pone sobre la pantalla para su funcionamiento táctil, aunque se han mostrado más resistentes a cuerpos extraños.

Las capacitivas ofrecen mejor precisión y más calidad de imagen. No cuentan con degradación en brillo ni contraste y están orientadas a ser usadas con el dedo o con stylus específicos. Esto se debe a que funcionan con una capa conductiva que reacciona con el tacto de la piel humana, que es también conductora de la electricidad. También pueden funcionar con soporte multitáctil, de manera que detecten y procesen correctamente varios puntos de contacto para funcionar con varios dedos, lo que ha dado lugar a los controles por gestos multitáctiles.