La digitalidad, el entorno de lo virtual en la red, cobra cada vez más importancia en los estudios literarios y culturales. Sin embargo, muchos de esos estudios insisten en orbitar en torno al concepto del libro electrónico, es decir, la traslación de la hoja impresa a la pantalla. Pero este cambio no representa realmente una alteración en las implicaciones de la creación literaria ni tampoco en la experiencia lectora, más allá de sustituir la hoja impresa por la pantalla y el acto de pasarlas por el de avanzar.