iBooks Author: seguimos sin notas

El mismo día que comentábamos Byeink como vía de edición del libros digitales de la web, Apple presentaba varios productos nuevos en hardware y la revisión de su programa de creación de libros en formato electrónico iBooks Author, del que ya hablamos en su momento. Por desgracia, casi ninguna de sus carencias importantes ha sido solventada, aunque las afrontadas han mejorado sustancialmente.

El punto que le hacía falta mejorar y que ha sido atacado de pleno para dar soluciones completas es el de la viabilidad de la edición de textos matemáticos integrando un sistema competente de representación de fórmulas. Tanto LaTeX como MathML se integran en el sistema, así que los científicos y matemáticos están de enhorabuena.

También se mejora la capacidad de control sobre la apariencia permitiendo al usuario definir exactamente la tipografía que quiere en cada momento y se potencia la capacidad interactiva con nuevos widgets que ofrecen más recursos hipermedia. El resto de mejoras es ofrecer más plantillas y mejoras internas y algún aspecto aquí y allá de la interfaz.

Ahora viene la cuestión de las notas al pie o al final. Si Apple insiste tanto en que iBooks Author es una herramienta pensada para la creación de textos serios -manuales de enseñanza, textos docentes-, ¿cómo es posible que siga obviando esta funcionalidad? Importar textos desde Word o Pages sigue dando como resultado un montón de superíndices que no llevan a nada: las notas se pierden en el camino.

Tampoco hay integración de programas externos de tratamiento bibliográfico. O mejores opciones de maquetación de la bibliografía con plantillas bien definidas para la misma. Del mismo modo, componer subcapítulos (epígrafes dentro de epígrafes) funciona de aquella manera, por lo que una estructura compleja y bien definida del contenido en múltiples epígrafes con varios niveles de profundidad en los mismos es un trabajo muy entorpecido por la construcción misma del programa.

Está claro que Apple tenía que ofrecer inmediatamente un buen sistema para los matemáticos y mejorar múltiples elementos de la disposición visual y funciones interactivas, cosas que ha hecho bien, pero que un programa como este siga sin afrontar de manera nativa, simple y directa las notas al pie (o al final, da igual) muestra que hay un problema de comprensión real del medio en que se mueve el programa. Sobre todo porque el formato ePub 3 ofrece soluciones diversas (un poco de código y es posible tener notas flotantes que se superponen al texto), así que ni siquiera se puede excusar en una limitación tecnológica: el iPad está sobradamente preparado para soportar ese tipo de formato y esos contenidos. El problema es que el programa no los genera.

Regresamos así al punto en el que lo dejamos ayer: los programas domésticos, para el usuario, no permiten presentar un texto académico complejo, con una estructura por epígrafes de varios niveles, con notas y una bibliografía sin pasar por quebraderos de cabeza, tener que aportar soluciones improvisadas y, en definitiva, hacernos perder el tiempo en formatear el texto en vez de producirlo. Si el libro digital, en este sentido, no se toma en serio a sí mismo, la producción intelectual seguirá sin acercarse definitivamente al formato.

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