Ahora nos cuentan que la mitad de los libros se piratean

No creo que a nadie le asuste, a estas alturas, que la respuesta a un comentario absurdo vaya en la misma línea. Vale, no deberíamos y todo eso, pero a mí me viene alguien y me dice que en España la mitad (un 49%, de hecho) de los libros digitales se descargan ilegalmente y lo primero que me sale es reírme. Luego, preguntarle de dónde sale esa estadística. Y después sería bueno saber qué intereses tiene en todo ello.

PirateríaObtener datos fiables de cuánto se vende digitalmente ya es de por sí complejo, tanto que ni siquiera industrias que ya podemos empezar a considerar razonablemente veteranas en esto como la música, el cine o los videojuegos, dan cifras demasiado precisas. La proliferación de servicios y tiendas digitales, diferentes modelos de adquisición de los contenidos, etc., hacen que hoy en día saber cuántas unidades se han distribuido de un bien virtual sea difícil, así que en realidad los datos suelen obtenerse a través de cálculos promediados a partir de los ingresos generados en ese segmento. Permítanme un ejemplo sencillo: un videojuego que se vende en cinco grandes tiendas digitales, en la tienda digital de la propia compañía, como descarga opcional desde el servicio de distribución digital directo de una o más consolas, e incluso como código de descarga en una tienda física hace que sea harto difícil saber exactamente cuántas unidades se han vendido porque, oh sorpresa, no hay un stock del que ir descontando.

Si ya es difícil saber exactamente cuántas unidades (no cuánto dinero ha generado, no nos confundamos) ha vendido un objeto de consumo digital, ponernos a hacer cálculos sobre cuántas unidades se han pirateado se sale de la escala de medición de las ideas peregrinas. Las compañías de las industrias audiovisuales y de videojuegos llevan años haciéndolo, estimando cosas como la presencia de archivos en redes de intercambio, pero eso no sirve para saber realmente cuántos se lo han descargado, ni cuántos de esos lo han llegado a usar su supuesta copia pirata en realidad. Si el juego se conecta a un servidor, se puede tener una idea aproximada del porcentaje de usuarios que acceden con identificadores que pueden ser potencialmente piratas, aunque tengo serias dudas sobre la fiabilidad real de estas estimaciones (tanto por excesivamente positivas como por quedarse cortas).

Así que cuando sale alguien y me dice que el 49% de los libros digitales que se leen en España son pirateados no puedo sino moverme en la silla y querer ver la estadística: quiero saber cómo se han conseguido esos datos. No me vale que me digan que es la más fiable que hay si no puedo contrastar su metodología. Y que me digan que tengo que creérmela porque «this is the only available data on this issue» hace que me entre la risa mucho más, porque no solo tengo que creérmela, sino que además no tengo nada con lo que contrastarla. No creo que sea mucho pedir el querer saber en qué se basa ese porcentaje y cómo se ha obtenido, pero toda esa gente no tiene problemas en pedirnos un acto de fe, que nos hagamos cruces y casi casi que recemos por sus pobres almas.

Porque, al fin y al cabo, lo que importa es que un porcentaje, una estadística, respalda muy bien un argumento. Pero más vale que esa estadística sea oscura, que no sepamos cómo se realizó, cuál fue su metodología, durante cuánto tiempo se hizo, cuántas personas llegó a cubrir, cuál es la desviación estimada… lo que importa es que el porcentaje adorna el discurso con esplendor. Frente a eso, yo solo puedo responder con la lógica, que me dicta que debo mantener un buen nivel de incredulidad ante esas afirmaciones, y el sano escepticismo que da el conocer el maquillaje de cifras que tanto le gusta a la gente con intereses, a las compañías con intereses, y las empresas de consultoría, auditoría y análisis (también con bastantes intereses).

En este caso, el dato fue aportado por Antonio Fraguas, coordinador de la sección de cultura en la vertiente en línea del diario El País y profesor en el Máster de Gestión Cultural de la Universidad Carlos III, y él solo es el mensajero que rescató, en ese evento, los datos del estudio: sabemos, por tanto, que no hay oscuros intereses tras sus intenciones más allá de la vocación por analizar una serie de hechos que están teniendo lugar. La estadística, eso sí, viene de manos de IDC (International Data Corportation) para Coalition of Creators (suelen esconder el nombre completo: Coalition of Creators and Content Industries; algo de vergüenza les dará y algo querrán esconder cuando no hay una web oficial que explique quiénes son ni qué quieren de manera abierta), un lobby de presión a favor de fortalecer las restricciones contra la difusión libre de la cultura y a favor de los derechos de autor (ya saben: dos cosas diferentes que esta gente tiende a unir con aviesas intenciones).

Es decir, que la estadística nace encargada por un grupo de presión con un objetivo bien definido. ¿Cómo le damos, por tanto, credibilidad? ¿No sabemos a estas alturas que las estadísticas pueden mostrar lo que queramos que muestren? Hagamos una pregunta de una manera, busquemos un colectivo social concreto, y obtendremos el dato final que buscamos. Por eso debe informarse de la metodología y de todos los datos técnicos, y por eso todos los estudios serios lo hacen. Por cierto, es la misma empresa que dijo que el 97,8% de la música que se consume en España es pirateada. Creo que el patrón es evidente y forma parte de la presión internacional que surge desde el mundo anglosajón (y EE.UU. en particular) para modificar las leyes -mucho más lógicas, pero en consecuencias más abiertas y permisivas- de copyright de la mayoría de países occidentales. Como tienen tendencia a ser gobiernos sumisos ante el aroma del dólar, han ido cediendo.

Si quieren más noticias catastrofistas sobre el demonio pirata en España a cargo de esta gente, unos ejemplos pueden ser este, o este. Siempre al servicio de la empresa contratante, claro, y sus intereses por controlar los mercados digitales internacionales desde las agencias proderechos de autor y aladides del copyright radicadas en EE.UU. Quizá lo que no hay es espíritu crítico, ganas de cuestionar las cosas, y de querer saber realmente qué es lo que cuece, cada uno por sus propias razones. Tampoco nos llevemos a engaño: se piratea, bastante, pero ¿un 97,8%? ¿Un 49%? Entonces lo que tendríais que hacer, amiguetes de la industria, es pensar en qué habéis hecho tan tremendamente mal en vez de intentar plantar ideas en la gente, buscar crear culpabilidades ajenas y querer que se legisle contra los ciudadanos y contra la cultura según vuestros deseos comerciales. Si no sabéis adaptar ni proteger vuestra industria es, en esencia, vuestro problema y tenéis hasta un 97,8% de consumidores potenciales a los que no sabéis llegar. Averiguad por qué.

Yo, simplemente, tengo muchas dudas porque está claro que tengo muy buenas razones para tenerlas. Ellos, simplemente, no tienen la más mínima intención de despejarlas. Eso ya me dice casi todo lo que necesito saber.

2 pensamientos sobre “Ahora nos cuentan que la mitad de los libros se piratean”

  1. Así que cuando sale alguien y me dice que el 49% de los libros digitales que se leen en España son pirateados no puedo sino moverme en la silla y querer ver la estadística: quiero saber cómo se han conseguido esos datos

    Tu pregunta es difícil de contestar pues calculo que el 90% de los libros que se pagan al menos se comienzan a leer , cuantos de ellos se finalizan leyendo en su totalidad es otro misterio, pero lo que te puedo garantizar es que la proporción de libros que se descargan y ni tan siquiera se abren es elevadísima yo diria que se aproxima al 99%, por lo que equiparar un libro descargado una compra perdida, el axioma de los defensores del Copyright, es una clara falacia.

    Te cuento mi caso, mucho antes de tener un lector de ebooks, fui a casa de un amigo que se había comprado uno y me lo enseñó, consecuencia de aquella visita es que dos días después y mucho ante de tener un lector de ebooks, por emáil me mandó seismil (6.000) ebooks pirateados, que le había mandado por su parte una hija, que Diós sabe como había conseguido,

    Ne baje Calibra y miré el catálogo por encima y he abierto, no leído, mas o menos una docena (12), en cambio de la Biblioteca Cervantes si he l bajado y leído varios, quizá quice libros.. Cuando mi hermana se compró el lector de ebooks y corrí por mi parte a mandarle los seis mil (6000) libros que tenía.

    Posteriomente mi miujer se compro un ebook, en aquel mometo estaba leyendo un libro de una periodista, creo que Isabel Sansebastian, no estoy seguro, que era un «tocho»· de 800 páginas y resultaba incómodo para leer en la cama. Hablo con la mujer de quien me había dado la primera remesa de libros y el mismo libro llegó, junto con otra catarata de libros más, a su buzón y a partír de entonces sigue el «tocho» de la Sansebatian en el ebook pues le resulta más cómodo para leer en la cama.
    Luego ha querido leer en inglés para mantenerse al día y encontró en Internet unos libros de las Hermanas Bronte en que tampoco compró
    .
    Por último, ella buscaba datos de una casa de Indianos de su familia y encontro noticias en un libro de Google books, que era de heraldica y nobleza, que jamás nos habríamos comprado, entre otras cosas porque a ver donde lo encuentras, pero como le apetecían unas cuantas páginas del libro, me baje un programa que específicamente vale para bajarse libros de Google books automáticamente, y excepto una página de vez en cuando, que te puedes copiar, en plan copy paste a mano directamente de Google Book.

    ¿Cuando comparará mi mujer su primer ebook?. – Segun mi opinión nunca, pues no la llaman demasiado los best seller y cundo desea algo resulta mucho más sencillo copiarlo que comprarlo,

    ¿Cuantos libros hemos copiado y cuantos leemos?. en mi opinión entre un 2 por mil y un 6 por mil

    ¿Estadlísticas? – Qué sentido tiene decir que el 49 % de los libros son piratas en stas circunstancias. Si puedo copiar cualquier libro de Google books y de la Biblioteca Cervantes, ¿para qué los voy a piratear? .

    Como siempre digo, la industria tendrá que aceptar la realidad del mercado donde se mueve y en vez de tanto llorar, publicitar los libros que vende y hacerlos atractivos a su público, pues nadie se va a echar atras de compar un libro por ahorrase 5 €, solo que tendrá que ser 5 € más cómodo pagarlo, que buscarlo por otro medio en Internet,.

  2. Tengo una biblioteca de 2.347 libros. No puedo agregar peso porque estoy sobre un voladizo. El e-reader es una solución para mí. Compraré editados en papel los inherentes a mi profesión y los de estante, pero novelas no. Además el costo de los libros es bochornoso y la ganancia de las editoriales también. No traducen títulos nuevos y reciclan a Matusalén con portada posmoderna. O cambian las editoriales sus políticas y venden solo autoayuda, como hasta ahora, o tendrán que ponerse con ellas para ver cómo zafan. No comprar es la mejor censura.

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