Hay quien no aprecia el placer de abrir un libro electrónico, encenderlo, acercar la nariz y oler el tenue silicio ligeramente quemado.
Hay quien no aprecia el placer de abrir un libro electrónico, encenderlo, acercar la nariz y oler el tenue silicio ligeramente quemado.
— Mercutio Montesco (@Mercutio_M) diciembre 17, 2011