Carlos Ruiz Zafón y el neoludismo contumaz

Lo confieso, antes de empezar: no he sido capaz de leer ninguna novela de Ruiz Zafón. Me regalaron La sombra del viento («a ti, que lees, te gustará») pero solo llegué hasta la página 20; lo intenté retomar un tiempo más tarde y alcancé la 50. Luego queda claro que quizás algunas cuestiones se sustenten más en prejuicios que en hechos. La cuestión es que leo para mi horror (pero no para mi sorpresa) que este hombre ha tenido a bien suspender el lanzamiento de su próximo libro en ebook y ha hecho retirar los anteriores.

La primera pregunta que me surge es cómo se puede tener tanto odio neoludita por un formato. La segunda es cómo es posible que un productor de textos como ese consiga tanto beneplácito por parte de una editorial y se doblegue a esas imposiciones, aunque esta pregunta es muy fácil de responder.

No se trata de un libro-arte en el que el formato sea clave. Estoy pensando en cualquier libro con ilustraciones, fotografías, incluso postales, da igual, que se haya compuesto específicamente pensando en un formato. Uno de esos elementos en los que formato y contenido se retroalimentan simbióticamente y uno no es posible sin el otro; al menos, no sin vulnerar profundamente su esencia. En el terreno digital nos sobran los ejemplos: cualquier poema, narración, incluso teatralización, hipermediática se descompone en otra cosa (no necesariamente mejor ni peor, pero sí diferente) al salirse del hipermedio y ser arrastrada a, por ejemplo, la hoja impresa.

Zafón, “por cuestiones personales”, suspende la venta de sus libros “en formato digital”, para los países hispanohablantes, una vez que “han vencido los derechos de explotación digitales”, aseguran fuentes cercanas al escritor barcelonés.

Realmente no hay nada que explicar, y la situación habla por sí sola. ¿Miedo a internet? ¿Temor a que se usen las herramientas sociales asociadas al libro digital? Como las que permiten comentar fragmentos fácilmente en sistemas como Twitter o Facebook, por ejemplo. Es un poco triste, si lo piensan bien, o un poco alegre, si lo piensan mejor. Quizás me equivoco y es una simple cuestión de querer -mucha- más pasta; eso me haría recobrar parcialmente la fe en la humanidad. Otra cuestión, de baja sutilidad, es preguntarse si hará lo mismo con los ebooks en inglés, por ejemplo.

Así que ya saben qué hacer si ese tipo de libros son de su agrado. El DRM no funciona en realidad y todo está en internet. Si uno está dispuesto a pagar por lo que quiere, pero no le dan la oportunidad de hacerlo, siempre puede cogerlo.

Actualización:

El motivo principal de esta entrada ha sido desmentido por el propio autor. Creo, sin embargo, que las preguntas lanzadas a raíz de las primeras informaciones siguen siendo interesantes. Con todo, hay que tener en cuenta que varios medios, de manera independiente, y citando a fuentes cercanas al Ruiz Zafón, lanzaron esta información. Todos sabemos lo que vale un buen PR, que dicen los anglosajones.

3 pensamientos sobre “Carlos Ruiz Zafón y el neoludismo contumaz”

  1. Estoy de acuerdo contigo, me parece una estrategia incomprensible. Como si no vender sus libros en eBook fuese a hacer que no se pirateasen, o como si con eso fuesen a aumentar exponencialmente sus ventas en papel.

    Respecto a por qué la editorial lo permite, hay dos motivos: el primero, que tampoco es que las propias editoriales estén locas por el eBook, más bien lo han aceptado porque no les queda más remedio; y por otro lado, Ruiz Zafón vende, y mucho. Muchísimo. Y eso es lo que le da poder con respecto a la editorial.

    Y por favor, corrige cuanto antes ese «a tenido a bien» (en la quinta línea) sin hache, que da hace un daño a la vista terrible…

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